El deslumbrante color de la vida lo percibimos aun cuando nuestros sentidos no han desarrollado la suficiente capacidad para emprender la primera exploración del entorno que nos servirá de escenario. Causamos angustia, dolor y alegría al reclamar este espacio; también lloramos con una furia descomunal sin tener la capacidad de entender el por qué. La razón tardará algo más en madurar pero ya será un poco tarde para recordar ese principio. 

Nuestra preocupación primordial será entonces el hambre y toda la información que nuestros aún aturdidos sentidos nos provean. Así, a largos trazos, hurgando en el subconsciente imagino nuestro despertar a la vida.

De las hojas sueltas de mi almanaque se escapan con nombres y apellidos las vivencias, como si la vida fuese un estudio de arte donde se cincela la fibra de nuestro carácter quedando plasmadas en el proceso, las idiosincrasias que caracterizan la personalidad en cada individuo. Esa será la armadura que me protegerá por el resto de mi vida o el talón de Aquiles que revelará cuán frágil realmente soy.

La sabiduría irá desarrollándose dentro de esa alforja donde acumulamos las vivencias. Madurará con el tiempo en su constante lucha contra la estupidez que gesta en la ignorancia y en ocasiones será el arma de preferencia para obliterar la presencia genérica de los necios, los arrogantes y la mediocridad hibrida.

Es muy difícil saber cuando llega la noche, cuando comienzan a escurrirse nuestras habilidades y en qué momento perdemos la noción de la realidad. Todo es parte del milagro que nos otorgó el espacio que ocupamos para comprometernos con la vida. También entregarlo para que sea ocupado por otra entidad es parte del proceso.

No todo es en vano, a veces nuestra misión es perpetuar la especie, otras iluminar el camino con la sabiduría adquirida y más importante aún sembrar la esperanza y tener el convencimiento de que nuestra evolución como especie, es una fase necesaria para que continúe el enigmático e inexplicable proceso de existir en este universo.

Sabian que la demencia es un secreto que reniega desnudarse en tu presencia. Es el libre albedrío de un soñar despierto, la visión fantasmal que habita adentro.Se tiembla sin temor al contemplar que somos la voz en un silencio intencionado y nuestro que nunca vocaliza el pensamiento oscuro enclaustrado en el panteón de la cordura.

Antítesis de la razón. De la consciencia que retumba a gritos: prisionero.Desafía el compás de la apariencia intentando alterar nuestra conducta.Somos el ángel y la arpía, dos en uno.

El soplo omnipotente prefirió las alas para crear este universo de fachadas, pero dejó una trampa: la demencia.

Hoy comienzo la travesía de un nuevo día de mi vida. Parte del milagro es cómo logré llegar hasta aquí sin perder la noción del tiempo preservando un trozo de la cordura original. Me nutro de la claridad que ilumina mis ideas y de todos aquellos que van y vienen a mi Torre de Babel. 

Gracias alos que me quieren y a los que no tambien, por infundirle sentido a mi presencia en el planeta y por prestar atención a esta cósmica partícula de humanidad acompañándome parte del camino. 

Las imágenes son como huellas profundas y poderosas que ayudaron a moldear mi carácter, las palabras que cruzaron los océanos, clavos ardientes que despertaron emociones desconocidas e imperecederas.

Gracias por haber escogido este tiempo y no otro para compartir la vida con aquellos que sentimos por la punta de los dedos. 

Soy un secuas en busca de sueños, conspirador cuyos propósitos consumen mi precioso tiempo, ése que sin duda me llevará inconscientemente a un mismo lugar.

Cuando la sienta ciñendo mi cintura a la invitada no esperada, sabré que es tiempo. Despediré al gato, escribiré una carta para que no me olviden y guardaré los recuerdos en la bolsa del viaje.No dejaré mucho amor en la almohada. Sin el eco de las palabras dulces que revuelan desbordadas en las sábanas el rastro será nulo, no creo en los fantasmas. 

Si me permites llevar de tu presencia, tengo la orla de besos que colgaste de mi vida, el hormigueo de tus caricias en mi espalda y saber que estás donde me lleven.

No podré ir muy lejos amor mio, si en ti vivo, ni muy cerca para eclipsar tu mente. Somos ya leyenda en este espacio y en todo lo demás, seremos siempre.

Os quiero desde antes, como siempre y sin reservas.

Patricio Varsariah.