Esta semana he estado pensando mucho sobre las prácticas diarias, los rituales y los hábitos. Cuando lo piensas, las prácticas pequeñas y simples que hacemos todos los días tienen un gran impacto significativo en nuestras vidas. 

En mi opinión, los hábitos que creamos a primera hora de la mañana son los más importantes y más beneficiosos para nuestras vidas en mente, cuerpo y espíritu. 

Con el paso de los años, he creado mi práctica espiritual matutina para ser un momento que honro, respeto y espero sinceramente. Como muchos de ustedes saben, una práctica de meditación es una gran parte de mi rutina diaria de la mañana. 

Después de unos minutos de meditación sentado, me siento en silencio con los ojos cerrados y me hago estas cuatro simples preguntas: 

¿Dónde quieres que vaya? 
¿Qué quieres que haga? 
¿Qué quieres que diga? 
¿Y a quién? 

 Estas preguntas se ha convertido en una parte permanente de mi práctica. Hacer estas preguntas a primera hora de la mañana me recuerda que no tengo que controlar todo. 

Recuerdo que es más fácil entregar los detalles y pedir ser guiado. Cuando me hago estas preguntas todos los días, esto refuerza mi creencia de que todo lo que sucede de momento a momento tiene un propósito y un significado. Es mi versión del ajuste de la intención, la oración y la conversación con Dios. 

Para mí, estas preguntas también me recuerdan mi compromiso con el servicio y con mi propósito todos los días. Cuando haces estas preguntas abiertas, literalmente te estás abriendo a posibilidades ilimitadas. 

 Para aquellos de ustedes con preguntas importantes, quizás podrían comenzar a incorporar esta práctica en su vida y ver qué respuestas comienzan a aparecer para ustedes. 

Lo que he descubierto es que siempre estoy guiado de alguna manera, forma o forma al lugar correcto en el momento correcto. 

Patricio Varsariah.