La “pregunta”.
Publicado por Patricio Varsariah el domingo, mayo 18, 2025

Pregunta: ¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quién debías ser?".
La verdad es que la mayoría olvidamos. Olvidamos quiénes somos después de que los sistemas educativos, las trayectorias profesionales, las expectativas y los gurús nos dicen cómo es el éxito.
Nacemos curiosos. Libres. Y entonces empieza. El sistema nos programa para que nos mantengamos a raya. Poco a poco, el mundo construye una versión de ti más fácil de manejar. Más fácil de entender. No necesariamente más verdadera. Solo más segura.
En algún momento de ese proceso, tu verdadero yo quedo enterrado. No asesinado. Simplemente olvidado. Cambias la maravilla por la preocupación. Los sueños por los deberes. La verdad por la aprobación. Te pierdes a ti mismo mientras te conviertes en lo que otros quieren. Ni siquiera te das cuenta. Un día, te miras al espejo y ves una versión de ti que se siente… rara. No está mal. Simplemente no eres tú.
Eso es lo que hace que la pregunta sea aún más perturbadora.
Cada "debería" que asumes es un peso que no pediste. Puedes preguntarte: ¿Qué quiero realmente? Y mejor aún, ¿quién soy realmente? La pregunta es perturbadora porque te hace cuestionarte a ti mismo. Tu camino. Y la dirección en la vida. ¿Vives para ti? ¿O para el sistema? Es una pregunta difícil. Puede que no te guste la respuesta.
A mí no.
Pero la buena noticia es que la incomodidad es útil. Te despierta. La mayoría de la gente usa máscaras. La máscara de "profesional". La máscara de "padre perfecto". La máscara de "siempre bien". Olvidan quiénes eran por costumbre. Miedo. O supervivencia. Pero cuanto más usas una máscara, más se convierte en tu rostro. Se convierte en tu vida. Empiezas a vivir para todos menos para ti mismo. Sé esto. Haz aquello. Encaja. Con el tiempo, perdemos el hilo.
La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de otros, sus vidas una imitación, sus pasiones una cita. La pregunta te quita la máscara. No para avergonzarte. Sino para ayudarte a volver a tu interior.
Tenías un yo antes de quitarte la máscara. Ese yo todavía importa. Pero tienes que volver a tu interior para escuchar tu propia voz. Ha estado en silencio demasiado tiempo. Escúchala. Podría salvarte.
Quizás hoy sea el día en que finalmente le respondas. El resto de tu vida comienza con la honestidad. No tienes que arruinar tu vida para volver a ti mismo. Pero sí tienes que dejar de mentirte. Cuando eres auténtico contigo mismo, te presentas mejor en todo lo demás. En el trabajo y en casa. Te vuelves más vivo. Y eso crea espacio para el significado. Y para una conexión de calidad. Un ingrediente necesario para una vida plena. Quizás estés pensando: "He perdido el rumbo". O: "Es demasiado tarde para mí".
No. No lo es.
Sigues aquí. Eso significa que aún hay tiempo para volver a ti mismo. Puedes cambiar tu camino. O al menos tu dirección. Incluso un pequeño cambio importa. Sobre todo, los pequeños. Así es como se produce el cambio: poco a poco, no de golpe. Así que no te des por vencido todavía.
No creo que pretendo inspirarte con esa “pregunta”. Pero a veces, una sola verdad cambia tu realidad más que cualquier libro de autoayuda. "¿Puedes recordar quién eras antes de que el mundo te dijera quién debías ser?"
La “pregunta” te lleva de vuelta a donde empezaste. De vuelta a lo real. Si te sientes perdido, quizá sea porque olvidaste quién eras. Pero puedes tomarte un tiempo para recordar. Y eso lo cambiará todo. El privilegio de una vida es convertirte en quien realmente eres. No dejes que el ruido de las opiniones ajenas ahogue tu propia voz interior.
¿La buena noticia? Puedes regresar. Puedes sentarte en silencio, escribir en tu diario, caminar y escuchar. Encuentra el camino de regreso a ti mismo. Se necesita valentía para desaprender. Para decir que no. Para empezar de nuevo. Para decepcionar a los demás para finalmente dejar de decepcionarte a ti mismo.
Pero puedes hacerlo. No tienes que cambiar toda tu vida hoy. Simplemente vuelve hacia tu verdadero yo. Poco a poco. La “pregunta”. No es solo inquietante. Es una puerta. Solo tienes que cruzarla.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.