Uno de los comentarios más aterradores sobre nuestro actual modo de vida es recordar que la mitad de las camas de nuestros hospitales están ocupadas por pacientes con enfermedades nerviosas y mentales, por pacientes que se han derrumbado bajo la abrumadora carga de los acumulados ayeres y los temidos mañanas. Sin embargo, una gran mayoría de estas personas estarían paseándose hoy por las calles, llevando vidas felices y útiles, con sólo haber escuchado las palabras de mi Maestro Jesús: "No tengáis ansiedad por el mañana "

Usted y yo estamos en este instante en el lugar en que se encuentran dos eternidades: el vasto pasado que ya no volverá y el futuro que avanza hacia la última sílaba del tiempo. No nos es posible vivir en ninguna de estas dos eternidades, ni siquiera durante una fracción de segundo. Pero, por intentar hacerlo, podemos quebrantar nuestros cuerpos y nuestros espíritus. Por tanto, contentémonos con vivir el único tiempo que nos está permitido vivir: desde ahora hasta la hora de acostarnos. 

Todo el mundo puede soportar su carga, por pesada que sea, hasta la noche. Todo el mundo puede realizar su trabajo, por duro que sea, durante un día. Todos pueden vivir suavemente, pacientemente, de modo amable y puro, hasta que el sol se ponga. Y esto es todo lo que la vida realmente significa.Sí, esto es todo lo que la vida exige de nosotros, pero hay personas que llevadas por la desesperación llegan al borde del suicidio— antes de que aprendieran a vivir sólo hasta la hora de acostarse.

He pasado unos días enfermo y hoy en la madrugada de mi insomnio me llego a mi una frase que dice : Cada día es una nueva vida para el hombre sabio. Creo firmemente que no resultaba tan duro vivir un solo día cada vez. Aprendiendo a olvidar los ayeres y a no pensar en los mañanas.Cada mañana: Hoy es una nueva vida. Ahora sé que debo vivir un día cada vez y que cada día es una nueva vida para el hombre sabio. Feliz es sólo el hombre bien templado que de hoy se hace dueño indiscutido, que al mañana increparle puede osado: "extrema tu rigor, que hoy he vivido ". Estas palabras parecen modernas, ¿no es así? Sin embargo, fueron escritas treinta años antes de que naciera Cristo por el poeta romano Horacio.

Una de las cosas más trágicas acerca de la naturaleza humana que yo conozca es la tendencia de todos nosotros a escapar de la vida. Todos soñamos con un mágico jardín de rosas que vemos en el horizonte, en lugar de disfrutar de las rosas que florecen al pie de nuestras ventanas 

Cabe preguntarse: ¿Por qué somos tan necios, tan trá- gicamente necios? ¡Qué extraña es nuestra breve procesión por la vida! Cuando yo era niño decía: Cuando sea un chico grande. Pero ¿qué es eso? El chico grande dice: Cuando sea mayor. Y el mayor dice: Cuando me case. Pero ¿qué es ser casado, en fin de cuentas? El pensamiento cambia a: Cuando pueda retirarme. Y después, cuando llega el retiro, se vuelve la vista hacia el paisaje atravesado; parece correr por él un viento frío. Hay algo que no se ha logrado y que desaparece. La vida, según lo aprendamos demasiado tarde, está en vivir, en el tejido de cada día y cada hora.

La verdad es que nos puede matar las preocupaciones antes de comprender que la vida está "en vivir, en el tejido de cada día y cada hora".Hay días que no podemos dormir ni comer. Es una enfermedad extraña. Las preocupaciones y nada más que las preocupaciones provocan esta enfermedad.

La regla es: 
mermelada mañana y mermelada ayer, pero nunca mermelada hoy. Casi todos nosotros nos lo pasamos preocupándonos por la mermelada de ayer y porla de 
mañana, en vez de untar ahora mismo la mermelada en nuestro pan.

Debo reconocer que mi vida ha estado llena de terribles desdichas, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron. Lo mismo que me ha pasado a mí...quizá les ha pasado a  ustedes. Debemos pensar profundamente que este día nunca volverá a amanecer.

La vida se desliza con increíble rapidez. Nos precipitamos a través del espacio a más de treinta kilómetros por segundo. Hoy es nuestra posesión más valiosa. Es lo único de que somos realmente dueños. Les recomiendo recordar  las siguientes palabras del Salmo CXVIII: Este es el día hecho por el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él.

HOY pese a que tenemos 7 grados bajo cero de temperatura ¡Mira a este día! Porque es la vida, la mismísima vida de la vida. En su 'breve curso están todas las verdades y realidades de mi existencia: La bendición del desarrollo, la gloria de la acción, el esplendor de las realizaciones... Porque el ayer es sólo un sueño y el mañana sólo una visión, pero el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Mira bien, pues, a este día! Tal es la salutación del alba. Por tanto, la primera cosa que se debe saber acerca de la preocupación es ésta: si quiere usted que no entre en su vida, Cierre las puertas de hierro al pasado y al futuro. 

Cuando nos despertamos debemos formularnos estas preguntas:

¿Tiendo a huir de la vida presente con el fin de pre ocuparme por el futuro o añoro algún "mágico jardín de rosas que veo en el horizonte"? ¿Amargo a veces mi presente lamentándome de cosas que sucedieron en el pasado, de cosas que terminaron y no tienen remedio? ¿Me levanto por la mañana dispuesto a "tomar el día", a sacar el máximo provecho de estas veinte cuatro horas?. Lo principal para todos nosotros es no ver lo que se halla vagamente a lo lejos, sino lo que está claramente a mano.

Finalmente debemos aprender a manejar la maquinaria que nos permita vivir en compartimientos estancos al día, como el mejor modo de garantizar la seguridad del viaje en la nave de la vida a través del mar del tiempo. Apretad el botón y escuchad, en todos los niveles de nuestra vida, las puertas de hierro que cierran el Pasado, los ayeres muertos. Apretemos en el timón de mando el botón y cerremos, con una cortina metálica, el Futuro, los mañanas que no han nacido. Así quedaremos seguros, seguros por hoy.¡Cerremos el pasado! Dejemos que el pasado entierre a sus muertos. Cerremos los ayeres que han apresurado la marcha de los necios hacia un triste fin.Llevar hoy la carga de mañana unida a la de ayer hace vacilar al más vigoroso. Cerremos el futuro tan apretadamente como el pasado.El futuro es hoy. No hay mañana.

El despilfarro de energías, la angustia mental y los desarreglos nerviosos estorban los pasos del hombre que siente ansiedad por el futuro, por que el mejor modo de prepararse para el mañana es concentrarse, con toda la inteligencia, todo el entusiasmo, es hacer soberbiamente hoy el trabajo de hoy, como dice la oración de Cristo: "Danos hoy el pan nuestro de cada día". Recordemos que esta oración pide el pan solamente para hoy. No se queja del pan rancio que comimos ayer y no dice tampoco: " ¡Oh, Dios mío! Ha llovido muy poco últimamente en la zona triguera y podemos tener otra sequía. Si es así, ¿cómo podré obtener mi pan el próximo otoño? O supongamos que pierdo mi empleo...¡Oh, Dios mío! ¿Cómo podré conseguir entonces mi pan cotidiano?" No, esta oración nos enseña a pedir solamente el pan de hoy. El pan de hoy es el único pan que se puede comer.

Con mucho cariño.

Patricio Varsariah.