Dedicado a mi compañera del camino y a todas las personas que se sienten preocupadas o estresadas o temerosas por todo lo que sucede en este momento en su mundo inmediato, es completamente normal. La incertidumbre nos rodea, nunca más que hoy.

Navegué por la incertidumbre en mi vida muchas veces, en mi salud, en mis relaciones y en mi trabajo antes de la pandemia, reconociendo que a pesar de lo que encontré en el pasado, pude desarrollar mi tolerancia para las incertidumbres más importantes y aún los superó y sigo con mi vida. Estoy convencido de que la vida es el 10% de lo que me pasa y el 90% de cómo reaccionamos.

Ahora bien, si te sientes preocupada o preocupado, estresada o estresado y temerosa o temeroso por todo lo que sucede en este momento en tu mundo inmediato, es completamente normal. La incertidumbre nos rodea, nunca más que hoy.

Cuando no estamos seguros de cómo se desarrollarán las cosas, nuestras mentes comienzan a desarrollar rápidamente escenarios potenciales o situaciones del "peor de los casos", que pueden provocar ansiedad, estrés e insomnio. Nuestros cerebros perciben la ambigüedad como una amenaza y tratan de protegernos disminuyendo nuestra capacidad para concentrarnos en cualquier otra cosa que no sea la creación de la certeza.

La mala noticia es que la incertidumbre no es negociable, es la condición humana sin la que no podemos vivir. La incertidumbre es inquietante. Independientemente del tamaño, los obstáculos existen y son inevitables. Llámelos simplemente la naturaleza de la vida. Pero la preocupación constante y el pánico no evitarán que ocurra una crisis, sino que solo harán perder tu tiempo y energía.

Teniendo en cuenta lo que está sucediendo hoy en todo el mundo, podemos decir con seguridad que estamos viviendo uno de los momentos más inciertos de la historia. Pero si te concentras en ello y sigues alimentando tu cerebro con eventos y noticias y todo lo que puede salir terriblemente mal, las cosas pueden empeorar mucho en tu salud mental.

Recuerda siempre esto: los cambios que están ocurriendo están fuera de nuestro control. Solo podemos prepararnos para enfrentarlo de una manera que no ponga en riesgo nuestra salud mental.

Mucha gente no puede sobrellevar la situación, están luchando por seguir moviéndose. Si estás constantemente consciente y preparándote para la incertidumbre y los posibles eventos negativos y, por lo tanto, estás constantemente en modo de lucha o huida, se te va a desarrollar un patrón de estrés crónico y te volverá más propenso al miedo y la ansiedad. Un concepto psicológico conocido como "sesgo retrospectivo" dice que tendemos a crear la ilusión de que todo en nuestro pasado era cierto. Pero en realidad, la incertidumbre siempre nos ha rodeado.

En tiempos de incertidumbre, podemos hacer más que "hacer frente". Podemos exigirnos más para prosperar a pesar de todo lo que sentimos o vemos a nuestro alrededor. Lo que podemos hacer en este momento es controlar cómo respondemos a la imprevisibilidad, así como también cambiar nuestra atención al momento presente y tomar las cosas día a día. 

No puedo enfatizar lo suficiente la importancia de cambiar nuestro enfoque a tareas diarias más pequeñas que podamos controlar. Por difícil que sea, establecer rutinas para darle a nuestros días y semanas una estructura reconfortante es lo único por lo que debemos esforzarnos. No permitamos que la preocupación o el estrés descarrilen nuestras rutinas diarias y nuestra salud en general.

Ocurrirán contratiempos, y la única pregunta es: ¿Cómo reaccionará cuando lleguen? La incómoda verdad de la vida es que no puedes controlar cada evento, experiencia o resultado.
Lo mejor que puede hacer es concentrarse en lo que puedes controlar, incluso cuando lo único que puedes controlar es tu esfuerzo, mentalidad y actitud.

Algunas cosas están a nuestro alcance, mientras que otras no. Dentro de nuestro poder están la opinión, la motivación, el deseo, la aversión y, en una palabra, todo lo que sea de nuestra propia obra; no están en nuestro poder nuestro cuerpo, nuestra propiedad, reputación, oficina y, en una palabra, cualquier cosa que no sea de nuestra propia obra.

Existe una oración desde 1934 que dice: Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, el valor para cambiar las cosas que podemos y la sabiduría para reconocer la diferencia. La idea básica es de enfocarnos en las acciones y experiencias bajo nuestro control. Comprometiéndonos a hacernos cargo de todo lo que esté bajo nuestro control y ser intencionalmente o conscientemente de no preocuparnos por las cosas que no tenemos control.

Al recuperar nuestra energía, todo el día, todos los días, desde nuestra esfera del interés (el rango de cosas que atraen tus emociones) hasta nuestra esfera de influencia (el rango de cosas que puedes afectar), estamos desarrollando continuamente la habilidad estoica esencial de tomar nuestras cargas como vienen, con un mínimo de alboroto y rabieta.

La vida está llena de incertidumbres todos lo sabemos, no solo de una pandemia. Si bien muchas cosas quedan fuera de nuestro control, pero nuestra forma de pensar es clave para afrontar los tiempos difíciles. No creas todo lo que piensas: has planes diarios concretos y concéntrate en hábitos que saquen lo mejor de Ti.

Saludos.
Patricio Varsariah.