La vida es demasiado corta para odiarse.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, diciembre 1, 2025

Solo tenemos una oportunidad de ser quienes somos, así que más vale que aprendamos a hacerlo con amor.
Solo se vive una vez. Una vez. Es todo lo que tenemos. Pero a veces esta verdad se me escapa. Olvido que esta es la única vida que tengo: el único cuerpo, el único rostro, la única mente y alma, la única historia que habitaré.
Hace muchísimos años, cuando estuve entre los 25 y 30, recuerdo encontrarme frente al espejo, analizándome a mí mismo: cómo había demasiado espacio entre mis labios y mi mandíbula, cómo mis cejas tenían una forma extraña, lo asimétrico que era mi rostro, lo atrasado que estaba en comparación con otra gente, lo poco talentoso que estaba y lo perdido y confundido que me sentía, asustado, y ansioso.
Un día, me di cuenta de algo: nada cambiará si nada cambia. No quiero llegar a los 40 odiándome a mí misma. Quiero cambiar. Necesito hacerlo. ¿Pero cómo?
La insatisfacción es una enfermedad moderna. Constantemente nos muestran noticias y actualizaciones en redes sociales de personas que lo están haciendo mejor que nosotros, que son más guapos, más inteligentes, más exitosas. Estamos encadenados a una carrera de superación en la que nunca nos inscribimos voluntariamente. Nuestra versión ideal de nosotros mismos siempre está muy lejos de la realidad que encarnamos, y esa distancia poco a poco se convierte en autodesprecio. Y cuanto más nos odiamos, mejor nos volvemos.
Pero no creo que alguna vez lleguemos a odiarnos de verdad. Porque hay un objetivo claro detrás de ese odio: queremos mejorar, queremos prosperar, florecer y convertirnos en una versión de nosotros mismos de la que podamos estar orgullosos. Así que, en cierto sentido, el objetivo del odio proviene del amor. Nos odiamos porque nos amamos demasiado como para dejar que las cosas sigan igual.
Pero nunca nos enseñan a expresar ese amor adecuadamente. Y como un niño pequeño que no sabe pedir perdón y, en cambio, hace una rabieta, nosotros también reducimos nuestra confusión a un estado interior y nos ensañamos.
En mi caso, heredé este "amor duro" de mi crianza. Mis educadores creían que la insatisfacción es una virtud porque significa que todavía nos importa lo suficiente como para querer algo mejor, crecer un poco más cada día. Y, en cierto modo, tenían razón.
Pero con los años he aprendido que un simple cambio de perspectiva puede transformar por completo la forma en que nos tratamos. En lugar de decir: "Me odio porque escribo fatal", ¿Qué tal si lo cambiamos por: "¿Me quiero, así que practicaré más la escritura y mejoraré”? ¿Ves qué suave suena? En esencia, ambos buscan el mismo objetivo: escribir mejor, pero solo el segundo permite crecer, mientras que el primero nos atrapa en un círculo vicioso de castigo y crítica.
Quizás solo se necesita eso: un cambio de perspectiva. Dejar de tratarnos como enemigos y empezar a vernos como amigos, alguien a quien acompañar, perdonar y con quien crecer en este extraño y corto camino de la vida.
No va a ser fácil, sobre todo para personas como yo, que hemos convertido el odio en un hábito. Pero difícil no significa imposible. Todavía tengo momentos de crisis e inseguridad, pero cada vez soy más consciente de ello. Respiro hondo y me recuerdo que estoy vivo, que crecer lleva tiempo, que he mejorado muchísimo y que seguiré haciéndolo. Aquí está mi "flujo" para quien lo necesite:
1. Nombra cinco colores que veas.
2. Respira profundamente tres veces.
3. Pregúntate: ¿Por qué me siento así? ¿Culparme me ayuda a crecer?
4. Si no, ¿por qué lo haces entonces? Si sí, ¿puedes encontrar una manera más amable y gentil de abordarlo?
Y luego déjalo ir.
Deja que la tensión en tu pecho se suavice, deja que el juicio se deslice de tus hombros y simplemente permítete ser por un momento. Estás aprendiendo, lo estás intentando, y eso es suficiente. Pequeños pasos, repetidos día a día, te llevarán más lejos de lo que crees. La autoaceptación es una elección diaria. Y cada vez que la eliges, aunque sea una sola vez, estás rompiendo el ciclo.
La vida es demasiado corta para odiarte a ti mismo. Solo tenemos una oportunidad de ser quienes somos, así que más vale que aprendamos a hacerlo con amor.
Si en mis palabras hallaste consuelo o un instante de reflexión, guárdalas contigo y deja que te sostengan en tu camino.
¡Gracias por leer!
Patricio Varsariah.
