La realidad que nos rodea.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, enero 20, 2016

Comienzo este escrito con una frase para reflexionar : La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.Una persona que ama sobre todas las cosas, es capaz de dar lo mejor de sí misma. Se siente libre, feliz y plena. ¿Qué más necesita en la vida? Puesto que cada uno de nosotros es un ser que necesita que le amen, ¿a qué esperamos? Una vez que hemos generado la intimidad con esa persona que nos corresponde y nos quiere, todo es mucho más sencillo.
Cualquier persona que siente cómo su corazón es pleno y está siendo correspondido, observará como lo que le rodea se contagia y toma otro color. Con el apoyo adecuado, no miramos el vaso medio vacío, sino medio lleno. Se produce una trasformación: el trabajo es menos abusivo, la familia menos dominante, el entorno menos estresante, las personas son más honestas, la ciudad menos gris… Por eso el mundo está lleno de corazones deseando que les amen. Porque, en el fondo, nuestro órgano más vital sabe que el amor nos hará libres y nos permitirá acceder a esa felicidad tanto tiempo añorada.
No hay que olvidar que los seres humanos deseamos ser amados. Es un estado en el que nos sentimos felices, plenos y completos. Por eso hay que luchar cada día por todo cuanto queremos. La verdadera libertad del hombre está en la explosión de las emociones. Por ello, al ser amados, somos capaces de permitir que salgan todos nuestros sentimientos con total libertad y, en ese momento, sentirnos felices. Recordando una escena de la divertida película “Notting Hill”. En ella, el personaje que interpreta Julia Roberts le cuenta al despistado librero -cuyo corazón sufre de amor- que “solo es una chica deseando que le amen”. Como es lógico, no es más que una película. Pero, ¿no es cierto que nuestro cine, literatura, pintura o escultura, por hablar de cuatro manifestaciones artísticas, se basan en la realidad que nos rodea?
Aquello que ocurre en “Notting Hill”, aún siendo fabulado por un guion cinematográfico, no deja de tener una correspondencia cercana con la realidad. Si nos detenemos un instante y miramos a nuestro alrededor, veremos a un gran número de personas esperando ser amadas. Deseamos ser queridos, comprendidos y protegidos. Es en el cumplimiento de este anhelo donde encontramos la fuerza para dar lo mejor que llevamos dentro. Como sucede en “Notting Hill”, pero como también sucede en cada relación en la que el amor termina floreciendo.
Cuando dos corazones se unen en el amor, hay pocas cosas en el mundo capaz de detenerles. Así que, si sientes que deseas ser conquistada o conquistado, déjate llevar y disfruta del viaje, porque tu vida va a ser mucho más bonita y feliz. Es por eso que necesitas dejar de ser una persona deseando que la amen. Es un buen momento para tomar la iniciativa, porque nada llega solo y para todo hemos de estar preparados. Debemos cambiar nuestra mentalidad, dejar de pensar en la mala suerte y sacar todo lo positivo que hay en nuestra alma. Creer en uno y descubriremos que somos una persona que merece que le amen.
Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.Ama con todas tus fuerzas y consigue que te amen. No obstante, no debemos olvidar que recibir también es dar. Si quieres que te amen, recuerda que tienes que amar sin esperar nada a cambio. Sin embargo, si te lo mereces, no te preocupes, porque llegarán toneladas de cariño y comprensión. Ser una persona deseando que la quieran y que no hay nada de malo en ello. Ser una persona capaz de dar sin esperar nada. Ser una persona plena y feliz. Ser una persona que ama con todas sus fuerzas. Ser una persona que une su corazón con el ser querido. Ser una persona libre gracias al amor y consigue esto siendo como tú quieras.
El amor, como tal, siempre será un ideal. Un tópico esencial de nuestra vida, que por darse en diferentes grados o niveles, nunca alcanzará su punto de perfección, como en las matemáticas o la física. No es una cifra; no son números. Es un sentir… Y los sentimientos no se miden: se expresan, se viven. Lo anterior, que en principio sería un gran limitante para cualquier relación, puede volverse una gran ventaja: porque el amor siempre será susceptible de mejorar,en forma indefinida; es decir, nunca se agotará…