No he dejado de reflexionar en si solo buscaras cosas que apreciar, vivirías una vida gozosa y espectacular. La apreciación ha cambiado mi forma de vivir. Me ayuda a pasar menos tiempo en mi cabeza. Transforma rápidamente mi energía. Por eso la practico a primera hora de la mañana. Busco y noto deliberadamente lo bueno. Hay docenas de razones por las que la vida es mala. Pero esa energía te hace sentir miserable. La única manera de desactivar conscientemente un pensamiento es activar otro. En otras palabras, la única manera de retirar deliberadamente la atención de un pensamiento es prestarla a otro.

Probablemente hayas escuchado algo similar. «Lo que te enfocas crece». O «La gratitud convierte lo que tenemos en suficiente». La gratitud no solo es la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás. Este tipo de pensamientos son instrucciones. Y funcionan. Intento vivir según ellas.

En mis peores días, descontrolo conscientemente mi mente en espiral. Encuentro rápidamente cosas que apreciar. La buena salud. El amor de las personas cercanas. Lo lejos que he llegado. No siempre me siento increíble al instante. No lo soluciona todo. Pero me ayuda a estar más presente.

¿Y lo mejor? Es contagioso. Cuando aprecias las cosas, la gente lo siente. Sonríes más. Te quejas menos. También empiezas a ver lo bueno en los demás. La gente lo percibe. Cambia la forma en que se muestran contigo. En mi relación, si dejo de centrarme en lo que mi pareja no hace y empiezo a notar las pequeñas cosas buenas, cambia por completo la atmósfera.

La gente se inclina a la apreciación. No a la crítica.

La gratitud libera la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente, y más. Transforma la negación en aceptación, el caos en orden y la confusión en claridad. Puede transformar una comida en un festín, una casa en un hogar, a un desconocido en un amigo. La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae paz para el presente y crea una visión para el futuro. 

Creo que la vida puede ser increíble. Si te concentras en encontrar cosas que apreciar, transformarás tu vida en algo espectacular. Cambia tu forma de ver las cosas, y las cosas que ves cambiarán. Ese es el truco. Tu mente amplifica lo que la alimentas. Aliméntala con gratitud y vivirás la vida con alegría. Aliméntala con quejas y te quedarás atrapado en la miseria.

La apreciación reestructura nuestras relaciones. No elimina las cosas molestas de la vida. Ni las irritaciones que nos enfadan. Las pone en perspectiva. Empiezas a ver a las personas por lo mejor, no por lo peor. Puedes encontrar algo que apreciar, sin importar lo difícil que se ponga la vida. Conviértelo en un hábito. Entrena tu cerebro a buscar lo bueno. Si lo repites lo suficiente, encontrarás alegría en lugares donde nunca antes habías buscado. Y despertarás para experimentar la vida con buen humor.

El aprecio no necesita una razón. No tienes que ganártelo. Puedes apreciar algo simplemente porque está ahí. ¿El respiro que acabas de tomar? Eso cuenta. ¿Tu buena salud? Eso también cuenta. Convierte el aprecio en tu estándar. Observa cómo te sientes. Podrías descubrir que vives una vida alegremente espectacular. El aprecio es la disciplina que te mantiene en un estado de alegría cuando la vida va mal. 

No necesitas que todo salga como quieres. Solo necesitas apreciar lo que ya es bueno. Está en las pequeñas cosas, incluso en las experiencias cotidianas. Disfruta de las pequeñas cosas, porque un día podrías mirar atrás y darte cuenta de que eran las grandes.

El agradecimiento es lo primero que siento por la mañana. Así, la vida es espectacular. Intento ver la vida con todo su valor. Las cosas malas pasan; cómo reacciono ante ellas define mi carácter y la calidad de mi vida. Puedo elegir quedarme en una tristeza perpetua, paralizado por la gravedad de mi pérdida, o puedo elegir sobreponerme al dolor y atesorar el regalo más preciado que tengo: la vida misma.

Cada vez que te encuentres en una espiral (pensando demasiado, comparando, deseando que las cosas fueran diferentes), vuelve a lo bueno. ¿Quieres una vida mejor? Empieza por dónde estás. Empieza con lo que tienes. Empieza con lo que funciona. Empieza con lo que no se derrumbó hoy. Eso es agradecimiento. Ese es el comienzo de la alegría.

No toma tiempo. No requiere un curso ni un gurú. Solo tú, tu mente y la decisión de buscar el bien. Todos los días. Especialmente cuando es difícil. Ahí es cuando más importa. Siempre hay algo en tu vida que vale la pena apreciar. Ahora mismo. Encuéntralo. Nómbralo. Aférralo. Así es como construyes una vida feliz y espectacular. Una experiencia de gratitud a la vez. No puedes ser agradecido y miserable al mismo tiempo.

Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.

Patricio Varsariah.
A todo lo que te reste paz súmale distancia.