La felicidad es una elección, no un resultado.
Publicado por Patricio Varsariah el sábado, enero 27, 2024

Hay dos maneras de ser feliz: mejorar tu realidad o bajar tus expectativas.
Felicidad es una palabra que utilizamos mucho. Hay suficiente contenido sobre la felicidad como para llenar la biblioteca de una ciudad. Pero, ¿Qué pasa si todo lo que creemos sobre la felicidad en realidad nos frena? ¿Qué pasa si nos aferramos a ilusiones que nos impiden experimentar la verdadera alegría?
La felicidad es una elección, no un resultado. La vida te traerá dolor por sí sola. Tu responsabilidad es crear alegría. Elige encontrar alegría en lo ordinario y deja de lado las falsas creencias que te hacen sentir miserable. La felicidad se cultiva, no se puede lograr. Pero puedes practicarlo a diario. La felicidad no es una ganancia inesperada que se produce una sola vez; es un jardín que necesita un cuidado constante.
Para encontrar la verdadera felicidad hay que:
- Romper los espejos que reflejan las ilusiones.
- Deshacerse de las suposiciones falsas que alimentan realidades falsas.
- Abrirte a la posibilidad de disfrutar de lo ordinario.
Desmantelemos juntos las falsas realidades de la felicidad.
#1: La felicidad es una meta/destino.
La felicidad no es la cima de una montaña que conquistar. Perseguimos ascensos, casas de ensueño, vacaciones exóticas, la relación soñada o el cuerpo ideal, convencidos de que alcanzar estos hitos desbloqueará un estado permanente de felicidad.
A menudo pensamos en la felicidad como un estado final de dicha perpetua. Cuando no logramos alcanzar estas cumbres imaginadas, nos desanimamos y pasamos por alto los momentos de alegría esparcidos a lo largo de la subida.
Pero la felicidad no es el resultado al final de una experiencia; es el viaje mismo. Se encuentra en los momentos cotidianos, las pequeñas cosas, las risas tranquilas compartidas con los seres queridos, el calor de una taza de té, el silencio de los paseos por la naturaleza y la emoción de aprender algo nuevo.
La felicidad no depende de lo que tenemos, pero sí de cómo nos sentimos hacia lo que tenemos. Podemos ser felices con poco y miserables con mucho.
En el trabajo, puedes encontrar la felicidad en el proceso de hacer las cosas, las conexiones que construyes con tus colegas y el tiempo que dedicas a recuperarte, reconstruirte y reconectarte contigo mismo. Perseguir un destino singular sólo nos prepara para la decepción porque la felicidad no es una experiencia única; es una forma de ser.
#2: La felicidad es la ausencia de problemas.
La vida es desordenada. Es una experiencia dual. Experimentas alegría y tristeza, triunfo y derrota. Nadie puede ser feliz todo el tiempo.
La felicidad prospera en el crecimiento. La gente lucha por una vida libre de dolor, dificultades y desafíos. Pero estos son precisamente los ingredientes que hacen que la alegría sea tan preciosa. Superar obstáculos, aprender de los errores y abrazar la resiliencia: estas son las claves para desbloquear una felicidad más profunda y significativa.
La felicidad es una elección, no un resultado. Nada te hará feliz hasta que elijas ser feliz. Ninguna persona te hará feliz a menos que tú decidas ser feliz. Tu felicidad no llegará a ti. Sólo puede venir de ti.
Creer que la felicidad significa vivir una vida libre de problemas es negar la esencia misma de la experiencia humana. Los desafíos son inevitables, pero también son oportunidades de crecimiento, resiliencia y una conexión más profunda.
En lugar de sucumbir a la desesperación, encuentre asombro y significado en lo absurdo de la vida. La verdadera felicidad no significa que la vida será una trayectoria lineal. Todo consiste en afrontar los altibajos con sabiduría, valentía y sentido del humor.
Acepta la impermanencia de la vida. Celebre los altibajos, pero no tema los bajos. Abraza todas tus emociones. No temas a la tristeza, la ira o el miedo. Reconócelos, comprende sus mensajes y permíteles fluir a través de ti.
Desarrollar la resiliencia emocional, la capacidad de recuperarse de desafíos y reveses. Incluso la noche más oscura da paso al amanecer. Encuentra tu fuerza, tu confianza y tu valor dentro de ti mismo.
#3: Todos los demás son más felices que yo.
La comparación genera insuficiencia. Te quita toda la alegría.
Algunas personas creen que la felicidad está reservada para quienes lo tienen todo bajo control. Olvidan que todo el mundo enfrenta desafíos y luchas y que la perfección es una ilusión inalcanzable. Las redes sociales son lo más destacado, no un reality show. Es fácil creer que todos los demás lo tienen todo resuelto mientras tú estás atrapado en aguas poco profundas.
Ser feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que has decidido mirar más allá de las imperfecciones.
Cada uno enfrenta sus propias luchas, sus momentos de duda y desesperación. La verdadera felicidad es encontrar alegría en las pequeñas experiencias, incluso cuando las cosas son difíciles. Es apreciar las cosas buenas de tu vida y dejar de lado la necesidad de compararnos con los demás.
La verdadera realización consiste en aceptar nuestras imperfecciones y elegir prosperar independientemente de nuestras debilidades. Abre tu corazón a la vulnerabilidad y la conexión. Construye un sistema de apoyo de personas que te animen e inspiren. La felicidad es reconocer que nuestros defectos nos hacen únicos e identificables.
Tu felicidad es un trabajo interno. Si bien los factores externos pueden influir en tu estado de ánimo, generar alegría desde adentro hacia afuera es la clave para una alegría genuina. Rompe los espejos engañosos y acepta el complicado proceso de vivir tu mejor vida.
Patricio Varsariah.
El arte de vivir implica saber cuándo aguantar y cuándo soltar.