Estamos viviendo un momento muy excepcional. Dando un paso atrás y mirando dónde estamos como raza humana. El comienzo de este cambio, de la oscuridad a la luz radica en hacer lo necesario para ver cada vez más que detrás de cada nube se encuentra el sol; que existe una realidad más profunda de lo que sugieren las apariencias.

La serenidad la conserva quien se entrega a su activo cuidado y no desfallece nunca. Es difícil estar sereno en circunstancias habituales, pero mucho más lo es permanecer cuando surgen las vicisitudes y, sin embargo, es lo mejor que podemos hacer en tales situaciones: mantener la mente firme y el ánimo estable, en suma, ser ecuánimes. Pero suceda lo que suceda, podemos refugiamos y animamos a través de contribuir a sanar nuestras desilusiones y desfallecimientos, por supuesto, podemos, por fortuna, seguir haciendo el bien a las otras personas y lograr así dar un significado a nuestra vida humana que no es solo sobrevivir, sino vivir * como humanos *, una vida de racionalidad, propósito y productividad, cuya suma es una vida vivida en la búsqueda de la felicidad.

A lo único que hay que renunciar es a la estupidez de la mente y a la idea de posesión. la mente se encarga de complicado todo. Busca donde no puede encontrar; ansía lo que no puede obtener. Se extravía con suma facilidad en toda clase de expectativas ilusorias. Dice querer bienestar, pero provoca malestar. Siempre está corriendo, deseando, persiguiendo logros. Tiene tanta prisa, tanta urgencia, que no puede jamás disfrutar de la serenidad. Aunque nada le quede pendiente, sigue experimentando prisa y urgencia, sigue acumulando confusión y neurosis. No sabe detenerse, aguardar, esperar y confiar. Tanto mira a lo lejos que no ve lo más cercano. No aprecia lo sencillo, lo simple, lo hermosamente desnudo y evidente, como el trino de un pájaro o el rumor de un arroyo o la reconfortante brisa del aire o la caricia de un ser querido. 

La mente se pierde lo mejor de cada momento porque está pendiente de lo mejor para después, atrapada en la jaula de la expectativa. Incluso presupone la verdad tan lejos que no es capaz de detectada en la vida misma estallando con su energía a cada momento, unas veces en forma de nube y otras en forma de árbol, unas veces como el canto de un ruiseñor y otras como las arrugas de un anciano. 

Deja todo de lado y conéctate con el aquí y ahora. La mente atenta y relajada, perceptiva y sosegada: escucha el trino de los pájaros. Aprecia ese instante como si fuera el primero y el último. No quieras agarrado, ni retenerlo, ni pensarlo, porque entonces escapará o se convertirá en un feo y hueco concepto. Si estás atento y relajado, en ese momento puedes vivir la vida en su totalidad. No hay otra verdad que enseñar.

La verdad está aquí y ahora, y aquí y ahora debe comenzar el trabajo sobre uno mismo para hallar el equilibrio y el sosiego. De la mente oscurecida sólo pueden brotar desdicha, insania y malestar propio y ajeno. El maestro, el líder, el guía, está dentro de uno mismo, aunque otra persona nos pueda procurar métodos y claves para hallarlo en nuestro interior. Si la mente logra estar atenta y serena, la verdad se percibe en todo lugar y a cada momento. 

Damos vueltas atolondradamente, porque la mente está aturdida. Tenemos que ser cuidadosos para no convertir en escapes o subterfugios lo que imaginamos como medios de búsqueda o autodesarrollo. Unos meditan para escapar; otros, para enfrentarse a sí mismos y realmente superarse. Unos hacen de la vida espiritual un placebo y otros, una búsqueda real e intrépida. No hay mayor renuncia que la renuncia a los modelos estereotipados de la mente y a las raíces insanas de la misma: la ofuscación, la avidez y el odio. Éstas pueden disolverse cultivando las raíces de lo saludable: la lucidez, la generosidad y el amor. En el escenario de la mente se celebra el juego de la libertad interior

La vida para mí es una bendición, porque he aprendido a no descartar lo que no puede ser descartado. En suma, si llega el verano, suda; si llega el invierno, tiembla..., pero mantén la mente atenta y serena.

Cuida de tu salud y de todos los seres de tu entorno y mantengamos a nuestra mente aturdida en cuarentena indefinida.

Patricio Varsariah.