La belleza de la amabilidad.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, agosto 27, 2025

La amabilidad sana al que da, al que recibe e incluso al que la ve. La onda expansiva comienza contigo.
Escuchamos la palabra amabilidad con tanta frecuencia que casi parece algo común. El diccionario la define como la cualidad de ser amable, generoso y considerado. Pero la amabilidad es mucho más que una simple definición.
Puede ser diferente para cada persona, porque su significado está en cómo eliges expresarla. Para una persona, puede significar ofrecer una mano amiga. Para otra, puede significar escuchar sin juzgar. A veces está en los gestos más sutiles: una sonrisa, una palabra atenta, un pequeño gesto de cariño que no pide nada a cambio.
La belleza de la amabilidad reside en sus infinitas posibilidades, moldeadas por cada corazón que elige dar.
Una vez me encontré con un estudio fascinante compartido por Wayne Dyer, "El rostro de la bondad: Cómo transforma tu vida". Explicó que cuando alguien recibe un acto de bondad, sus niveles de serotonina aumentan e incluso su sistema inmunitario se fortalece.
Pero no se queda ahí.
Quien ofrece un gesto de bondad, incluso con algo tan pequeño como una sonrisa a un desconocido, experimenta el mismo efecto: un sistema inmunitario más fuerte, un mejor estado de ánimo, una energía interior natural.
Y aquí está lo que siempre me sorprende: incluso quien observa la bondad se beneficia. Alguien que simplemente presencia un acto de cariño experimenta los mismos cambios fisiológicos. Sus niveles de serotonina aumentan y su sistema inmunitario se fortalece, simplemente por estar en presencia de la bondad.
Imagínate, la bondad es tan poderosa que incluso observarla puede curar. Es como un antidepresivo natural, disponible gratuitamente, esperando ser compartido.
Sin embargo, en el ajetreo de la vida diaria, a menudo olvidamos esta simple verdad. Llenamos nuestras agendas con un sinfín de tareas pendientes, preocupándonos y agotándonos, mientras pasamos por alto las cosas que más podrían restaurarnos.
¿Cuánto tiempo se tarda realmente en ofrecer una palabra amable, sonreír, apreciar algo hermoso y compartirlo con alguien más?
Quizás unos segundos. Y, sin embargo, esos segundos tienen el poder de alegrar el día de otra persona y el tuyo propio. No entiendo por qué desperdiciamos tanta energía en cosas que nos dejan agotados, cuando esos pequeños y tiernos actos de bondad tienen tanto poder.
Quizás el punto de partida sea con nosotros mismos. Primero llena tu corazón, para que tengas algo genuino que ofrecer a los demás. Eso podría significar tratarte con ternura, hablarte con cariño o celebrar los pequeños logros en lugar de criticarte por no hacer lo suficiente.
Lo que puedas hacer hoy es suficiente. Si la vida se siente pesada ahora mismo, simplemente levantarte de la cama o lavarte el pelo es un logro que vale la pena celebrar. Aprende a ignorar la voz del juicio y la comparación, y escucha en cambio la voz que dice: eres suficiente.
Cuando empiezas a ofrecer bondad a tu propio corazón, se vuelve mucho más fácil extenderla al exterior.
Ahora, si me permiten soñar un poco en voz alta, déjenme llevarlos al mundo que desearía que pudiéramos construir juntos… Sueño con un mundo más amable. Un mundo donde las personas se detengan y se observen mutuamente. Un mundo donde escuchemos sin juzgar, donde nos importe lo suficiente como para comprender que cada uno enfrenta sus propias batallas.
La vida es como una prueba: algunas preguntas son fáciles, otras dolorosamente difíciles. Y aunque cada uno debe enfrentar sus propios desafíos, cuánto más ligero se sentiría si camináramos juntos, tomándonos de la mano en las cosas fáciles y difíciles.
Sé que no podemos hacer la prueba de otra persona por ella, pero podemos estar presentes en su esfuerzo, recordándole que no está sola. Ese es el mundo que sueño, y el que creo que podemos construir, paso a paso, a través de la bondad.
En un mundo donde puedes ser lo que quieras, elige ser amable. Así que aquí va una invitación sencilla para hoy:
Haz un acto de bondad. No importa lo pequeño que sea, tu corazón ya lo sabe. Hazlo con sinceridad, sin expectativas, y más tarde esta noche, antes de dormir, reflexiona sobre cómo te hizo sentir. Quizás incluso puedas escribirlo.
La bondad es una reacción en cadena. Es una onda que se propaga constantemente, siempre que alguien decida iniciarla. Una sonrisa, un gesto amable, un momento de cariño pueden tocar más vidas de las que imaginas.
Probablemente hayas escuchado el dicho: "Sé el cambio que deseas ver en el mundo". No se trata solo de que una persona se cambie a sí misma, sino de una ola que comienza con una acción y se multiplica a través de otras, hasta que comunidades enteras se transforman.
El mundo con el que sueño es más amable, más tierno. Y la hermosa verdad es que este sueño no tiene por qué quedarse en un sueño. Puede comenzar aquí mismo, ahora mismo, contigo.
Si mis escritos te trajeron consuelo o reflexión, gracias por tu interés y tu tiempo.
Patricio Varsariah.