La falta de autoestima depende a veces de la comparación. 

¿Qué logré? ¿Qué logró Fulano o Mengano o Zutano? ¡Y es odioso compararse! Como también es odioso compararse despreciativamente cuando la persona está en la cima. ¡Oh, mira lo que he logrado y mira lo que han logrado aquellos! 

Ninguna comparación es buena. Toda comparación es odiosa. Entonces, si tengo baja estima, si mi autoestima es débil… ¿Con respecto a que? Porque si yo encarno en una isla sólo con animales no humanos y no tengo con quien compararme no voy a tener baja estima salvo que haga rol de víctima. ¡Oh! ¿Por qué caí en esta isla donde no puedo compartir mi vida con nadie? 

Pero en un grupo de sociedad la falta de autoestima tiene que ver con compararse con el otro y una de las herramientas para no tener baja estima es no hacer comparaciones.

Un espíritu de luz dijo hace más de dos milenios: No midas el camino por lo que has recorrido, sino por los que te falta por recorrer. Eso es un incentivo. 

Porque hay gente que tiene el vaso un cuarto lleno y mira el vaso vacío de los demás y dice: ¡Ah, con esto me conformo! ¡No es así! Uno tiene que luchar -en el buen sentido de la palabra- para salir adelante, porque la misión de cada uno de nosotros es salir adelante para tender una mano a los que quedan atrás. 

Muchos pueden tomar como perjudicial mide tu camino con lo que te falta por recorrer, porque puede llevar al desaliento. 

¡Me falta muchísimo! ¡Jamás llegaré! ¿Por qué auto-invalidarnos? De todas maneras seamos coherentes y lógicos. Estando encarnados nos vamos a poner proyectos lógicos y proyectos no muy largos a mediano plazo. Proyectos que sí se puedan cumplir. Aspiro a esto. Aspiro a aquello. Cosas que verdaderamente estén a nuestro alcance. Eso no significa que dejemos de soñar con aquello que puede parecer imposible. 

El día de mañana me gustaría tener esto o aquello. No está mal soñar con cosas materiales porque justamente para eso estamos. Pero por sobre todas las cosas recordemos que finalmente somos espíritus.

Muchas personas se quejan de que ellos no se siente roles, tienen hambre, sed, sueño, deseos de disfrutar, sientes como que esa es su única vida. ¡Me parece perfecto! ¡Yo también lo siento así! Igual somos roles, aún sintiendo todo lo que sentimos, somos roles. Va a llegar el final de la vida física donde dejaremos de ser ese rol. Y no hay contradicciones. 

Porque yo por un lado digo: Sueñen con cosas importantes para levantar la autoestima. Pero por el otro lado digo: No se aferren a cosas fútiles. Y no estoy diciendo algo contrario. Eso significa podemos hacer proyectos, pero también sepamos que es lo valioso y que es lo descartable. Porque si no seríamos un carro tirado por un caballo donde llevamos un montón de lastres que no tienen ningún sentido para nosotros en nuestra vida futura. ¡

Deshagámonos de los lastres y quedémonos con lo que es verdaderamente importante! ¡Capaz que es algo pequeño, pero quedémonos con ellos y soltemos los lastres! ¡Y no perdamos nunca la capacidad de soñar!

Retomo lo que dije antes. La alta estima o la baja estima en muchos casos depende de las comparaciones, salvo excepciones donde hay espíritus muy fuertes y muy seguros que directamente tienen una estima alta sin hacer comparaciones y sin despreciar al que tiene una estima más reducida. 

Todo lo contrario. Generalmente aquel que tiene una estima alta es importante que pueda tender una mano al otro por goce, por amor, por compatibilidad, por vibración, por sintonía, porque de no hacerlo caería en la indiferencia y de nada le serviría su alta estima si se transforma en un indiferente más que es una enfermedad no virósica, no bacteriana, pero que corroe el alma.

El enemigo del amor no es el odio, es la indiferencia. Y eso no lo digo yo, lo dijeron otros filósofos antes y estoy absolutamente de acuerdo con ellos. 

Pero la peor indiferencia es la indiferencia con uno mismo. 

Debemos querernos, debemos aceptarnos, no nos tienen que preocupar la opinión de los otros ni a favor ni en contra; porque en el plano físico tenemos la costumbre de atajarnos y de poner una coraza ante las críticas, pero bajamos la coraza ante el halago. Y el halago es tan pernicioso como la crítica, porque el halago generalmente es lo que nos hace caer. 

Si uno es auto-suficiente y tiene la autoestima alta, pero de verdad alta, y sabe que es importante como ser humano, como pareja, como amigo, el halago le va a resbalar, el halago no le va a llegar.

Obvio que es bueno una palabra de aliento. Pero que no seamos endulzados como la miel porque eso no nos permite visualizar al otro. Porque ahí estaríamos dentro del ego. El halago elevado potencia el ego.

Muchos creen que demasiado ego nos vuelve narcisistas y levanta nuestra estima y no es así, porque el ego tiene otra faceta. La faceta de querer pasar desapercibidos, la faceta de ser timoratos, la faceta de no querer arriesgarnos, la faceta de auto-eliminarnos. ¡Oh, no, no! Yo sé que a esto no voy a llegar porque está fuera de mi alcance. Yo sé que esa persona no se va a fijar en mí porque está en un nivel más elevado. ¡Eso es lo que hay que evitar! 

Valorarnos no depende de hacer un trabajo interno, depende de hacer un clic dentro nuestro y de decir: ¡Ya! Y lo tengo que hacer sin comparaciones.

Saludos y un buen fin de semana.

Patricio Varsariah.