Haz las paces con tus tonterías y excusas para superarlas.
Publicado por Patricio Varsariah el jueves, mayo 22, 2025

Nunca he visto una transformación de vida que no comenzara con la persona en cuestión cansándose finalmente de sus propias tonterías. Es la cruda realidad. Solo puedes cambiar cuando ya no soportas tus propias excusas. Ahí es cuando dejas de mentirte a ti mismo.
En mis peores momentos, me he contado historias. He puesto excusas. "No tengo tiempo". "Solo estoy cansado". "Empiezo mañana". Pero sabía que no era el tiempo, la energía ni las circunstancias lo que me frenaba. Eran las mentiras que seguía alimentándome.
No puedes mentirte a ti mismo para siempre. Si siempre estás "bien" pero en secreto te sientes miserable, estás mintiendo. Y la cosa empeora. Lo sientes en el cuerpo. La ansiedad. La tensión. La culpa. Se acumula y se agrava. Entonces, un día, algo pequeño te quiebra. Te miras al espejo y piensas: "No puedo seguir viviendo así". Y ¡zas! Ese es el día en que comienza la transformación de tu vida si te esfuerzas. Esa es la grieta donde puede empezar el verdadero cambio.
Las justificaciones. El autosabotaje. El fingir. El esconderse. El culpar. Todo suma. Solo puedes cargar con algo hasta que te quiebra. O descarrila tu vida. Puedes leer todos los libros, seguir a todos los gurús y escuchar todos los podcasts. Pero nada de eso importa si no estás listo para enfrentarte a ti mismo.
El cambio no ocurrirá hasta que digas: "Ya basta. Ya basta de mentirme a mí mismo". Ese es el detonante. No puedes arreglar lo que no vas a afrontar. Nada cambia hasta que dices: "Ya no puedo con esto". No necesitas otra charla motivadora. Si te topas con un muro, úsalo como plataforma de lanzamiento para tu transformación.
Tienes que reconocer tus patrones antes de poder romperlos. No necesitas más motivación. Solo necesitas dejar de tolerar tus propias mentiras. Necesitas cansarte de tu zona de confort. El crecimiento no empieza con la motivación. Empieza con la irritación. Empieza cuando estás agotado de tus propias excusas.
El cambio ocurre cuando el dolor de seguir igual es mayor que el dolor del cambio. No cambiarás hasta que el dolor de seguir igual se vuelva insoportable. El dolor es un poderoso motivador. La incomodidad mueve a las personas. La claridad surge del conflicto, especialmente del que tienes contigo mismo. Deja de esperar una señal. Deja de esperar que las cosas se arreglen por arte de magia.
No tienes que tocar fondo para preguntarte a tu yo más joven por qué todo parecía tan feliz en ese entonces. La gente piensa que el cambio se trata de disciplina. No lo es. Empieza con la autoconciencia. Observa tu vida. ¿Qué no funciona? ¿Qué finges ignorar? ¿Qué tonterías sigues considerando? Solo puedes fingir que tus malos hábitos están "bien" por un tiempo. El cerebro se resiste hasta que deja de hacerlo. Cuando tus mentiras chocan con la realidad, tu mente fuerza un cambio. En cuanto dices "basta", recuperas el control. Ahí es cuando las cosas empiezan a cambiar. Ahí es cuando comienza la transformación. No necesitas un nuevo plan. Necesitas un nuevo sistema.
Empieza con un pequeño sistema. Inicia esa conversación difícil. Envía ese correo electrónico. Da ese paseo. Simplemente haz algo para demostrar que has dejado de mentir. Si estás cansado de estar sin dinero, siéntate y afronta tus números. Si estás cansado de no estar sano, deja de estar sentado tanto tiempo y empieza a moverte. Si estás cansado de perder el tiempo, registra cómo pasas el día, hora a hora.
Reconócelo. Lo más difícil no es el trabajo. Es la honestidad. Siéntete incómodo. Rápido. Hasta que no enfrentes tus propias excusas, te quedarás estancado. Enójate. No con el mundo, sino contigo mismo. Usa esa pasión. Actúa de inmediato. No mañana, sino hoy. La razón se aplica a tu carrera, tus relaciones y tu salud mental. Nada cambia hasta que dejas de mentirte a ti mismo.
Una vez que aceptas tus excusas, eres libre. Dejas de hacerte la víctima. Tomas las riendas. El cambio empieza con el asco. Una honestidad como "No puedo seguir viviendo así". Ese es el detonante. ¿Y a partir de ahí? Construyes. Día a día. Elección tras elección. Te caes, te levantas. Dejas de preocuparte por cuánto tiempo te lleve. Simplemente no quieres volver atrás.
Tu vida no cambiará porque tú lo desees. Cambiará porque tú lo exijas. Y esa exigencia no viene de la inspiración. Viene de la frustración. La frustración de "Ya terminé con esto". Puedes mentirles a los demás. Incluso puedes mentirte a ti mismo por un tiempo. Pero tu vida siempre reflejará la verdad que estás evitando. Y cuando esa verdad finalmente se vuelve demasiado fuerte como para ignorarla, ese es tu punto de inflexión. Así que acéptalo.
Entonces, rómpelos. No necesitas permiso. Solo necesitas hartarte lo suficiente como para dejar de tolerar la versión de ti que se esconde tras las mentiras. Porque al otro lado de esa decisión está tu vida real. Aquella en la que te presentas por ti mismo. Aquella en la que dejas de huir del espejo. Y empiezas a diseñar tu mejor vida.
Cánsate de tus tonterías y ponte a trabajar. Así es como cambias tu vida. Si estás leyendo esto y estás estancado, bien. Acéptalo. Deja que te queme. Deja que te impulse. Luego levántate y muévete. No la semana que viene. No cuando te convenga. Ahora. Porque nada cambia hasta que tú lo hagas. Y no cambiarás hasta que te canses de tus propias tonterías.
No necesitas tocar fondo para cambiar de dirección. Solo necesitas mirarte al espejo y decirte a ti mismo: "Ya no voy a hacer esto". Haz las paces con tus excusas para superarlas. Una vez que lo hagas. La transformación comienza.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.
Solo se vive una vez, pero si se hace bien, una vez es suficiente.