Ahora son exactamente las tres de la mañana y no puedo dormir. Necesito escribir y comienzo con una frase que dice : "Si los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, hablarían peor". Quizá en algún momento de tu vida has dicho que como Yo que estas harto o harta de la gente falsa, de quienes se dedican a dejarte mal delante de otros, harta o harto de la gente que te pone una cara por delante y después otra por detrás, estoy harto o harta de que me sonrían y después cuando volteo la espalda me apuñalen.

La verdad que hay cosas que me sacan de quicio y que consiguen que me enfade realmente cosas que cada vez soporto menos... estoy cansado de la gente falsa, de que se le de tanta importancia a lo que en realidad no importa, de que la gente no se fije en lo que vale una persona, de que se valore el "glamour" y el dinero por encima de las virtudes, de saber que hay gente a mi alrededor que, aunque se crean superiores, no merecen la pena…

Hay un dicho muy popular en : mi pueblo " que dice: “No soy monedita de oro para caerle bien a todos”. Lo cierto es que es inevitable encontrarse con personas a quienes les desagrades, sientan celos o quieran arruinar tu reputación. Pero todavía no conozco a nadie que celebre cuando la gente habla mal de su persona. Y Tu te preguntas ¿Qué podemos hacer para no molestarnos? Bueno lo primero es no darle al asunto tanta importancia. Si lo que se dice de ti es verdad, por ejemplo si se trata de una falta, tienes que admitirla y, mejor aún, corregirla. Pero si no es verdad, ¿para qué preocuparte? A fin de cuentas, la gente que mejor te conoce no lo creerá lo que dicen.

Los seres humanos somos verdaderamente complejos. Tenemos la tendencia de medir a los demás de acuerdo a lo que vemos por fuera. Hacemos nuestro propio instrumento para medir a los demás, pero muy rara veces lo usamos para medir el tamaño de nuestra propia condición. Sin embargo, debemos recordar que el “metro” que usamos para medir a los demás servirá también para que nos midan a nosotros. Hasta en la Biblia el Señor nos recuerda que no debemos juzgar de acuerdo a las apariencias sino hacerlo con justo juicio.

Uno se topa en la vida con seres que lo único para lo que nacieron es para hablar mal de los demás. Siempre habrán seres que van a envidiarnos aunque no tengamos nada envidiable. Pero es así, lo triste es que pasarse el día hablando mal de alguien hace que al final esas personas sean las que terminen sintiéndose mal. 

Hay gente que vive enjuiciando a los demás y hablan de la mala vida sexual que tienen. Siempre he pensado que a mayor moralismo, menos orgasmos. ¡Es necesario que antes de juzgar a los demás, nos analicemos a nosotros mismos! ¿Por qué la gente tiene que ser tan falsa? No entiendo... No puedo responder esa pregunta, pero lo real es que el mundo esta lleno de gente falsa, gente que se fingen amigos y por detrás te ataca.

Está visto que hoy en día no se sabe en quien confiar. Y saben qué es lo peor, que hay gente que hablan mal de Ti de mi ¡sin motivo! Ese tipo de gente nos debe dar lastima. Creo que a Ti como a mi, en algún momento de nuestra vida nos han fallado unas cuantas personas, algunas las has dado por amigos y lo que intentan a tus espaldas es causar daño. Y luego tan frescas como una lechuga, cuando te ven, me saludan y hasta te halagan pareciendo que se interesan por ti.

Todos tenemos amigos y simpatizantes con los que estamos más o menos de acuerdo en la forma de ver la vida, en la forma de comportarse, con los que compartimos en mayor o menor grado una forma de pensar. Estas personas podrán criticarnos pero difícilmente hablarán mal de nosotros. Quienes hablan mal de mi son aquellos a quienes no les gusta como soy. Éstos me juzgan por lo que escribo, por lo que digo y por lo que hago, pero lamentablemente ninguno de nosotros es tan transparente como para que todo lo que pensamos sea percibido por los demás. Si teniendo una visión parcial de mi no les gusto, menos les gustaría si percibieran la totalidad de mis opiniones sobre ellos, por lo tanto estarían más en desacuerdo conmigo si las conocieran, ergo hablarían peor.

No olvidemos que quien juzga se pone en el lugar de Dios y haciendo esto se encamina a una derrota segura en la vida porque será correspondido con la misma moneda. Y vivirá en la confusión, cambiando “la paja” en el ojo del otro por la “viga” que le obstruye la vista. Juzgar a los demás nos lleva a la hipocresía. La persona que juzga se equivoca y se convierte en una persona derrotada. Y ¿cuál es la derrota? La de ser juzgado con la misma medida con la que él juzga. la vida es un camino de doble vía, lo que se da regresa..

Las personas juzgan por su iniquidad. Y el juzgar a otros a la final se convierte en un boomerang. Medidos por el tamaño de la lengua. La medida que usan para con los demás, Dios la usará de la misma manera para ellos. Si entendieran las implicaciones de estas palabras se abstendrían de usar de una forma desmedida la lengua para criticar a otros.

Sin dudas, no todo el que está a nuestro lado está con nosotros. Esa gente que tiene dos caras, que finge ser tu amigo o estar de tu lado, y luego hace o dice cosas que provocan que salgas afectado, expuesto o tratado mal como resultado de lo que insinúan, son personas desleales, inseguras e inestables. Muy a menudo son personas con recursos emocionales pobres, y que probablemente son individuos infelices. Esas personas son así con mucha gente y necesitan ser tratados de manera objetiva como gentes con las que tienes que tener cuidado. Yo detesto hasta la coronilla a la gente con la que me porto bien y a la que ayudo sin pedir nada a cambio y por detrás me critican. Detrás del chisme y las habladurías casi siempre se esconde una mala intención, como cuando se cuenta una mentira para arruinar la reputación de alguien. Pero aunque no lleven esa mala intención, si provienen de un amigo o un conocido al que aprecias mucho, causan mucho dolor.

La gente de dos cara son personas superficiales, de miradas falsas y sonrisas vanas. Siempre creyéndose importantes, especiales. Personas estúpidas, poco profundas, despreciables, falsas y nauseabundas. Todos tienen el poder de decepcionar. A mi en lo particular no me importa lo que piensen (aunque no dejo de reconocer que a veces me cargan), no me importa lo que de mi quieran esperar, no me importa cuantos me odien los que me aman siempre estarán.

En la vida siempre vas a encontrar gente que te rechace. Pensar que todos deberían aprobarte es sin duda un trastorno de personalidad. ¿Sabes cuándo reconocer a quién te teme o te envidia? Cuando no es capaz de hablar contigo de frente sino a tus espaldas.

Hay muchas razonas por las que la gente recurren a la hipocresía y entre las principales tenemos: incapacidad de hacer amistades cercanas, incapacidad de llegar donde quieren en la vida, envidia, estupidez… pero en resumen cualquiera que sea el motivo lo cierto es que esta gente no piensan en lo que hacen y el daño que causan. Sin embargo me he dado cuenta que aunque quieras vengarte de ellos es mejor no darle importancia porque eso les molestara mas. De todas maneras no entiendo porque tiene que haber tanta maldad, tanta manipulación... hay tantas amistades que no son lo que parecen. 

En este mundo hay gente que hace daño porque es así, porque les parece una buena forma de entretenerse. Pero sé que aún hay personas que SI merecen la pena, personas que les interesa que estés bien día a día, amigos que lo dan todo por vernos sonreír y les doy las gracias por su apoyo, sus verdades de frente, las tardes de risas, los abrazos cuando estoy mal, por todo, pero sobretodo por no ser una de esas personas falsas. ¡Pero no! Hay que reírse y vivir la vida al límite con esas personas que merecen la pena para nosotros.

Hoy tenía pensado dedicar unas letras al amor pero estoy tan dolido que no he podido remediar desahogarme aquí.

Buenas noches a todos.