Cuesta romper ese hilo invisible que hemos tejido con un material casi más resistente que el que usa la araña para tejer su tela, cuesta rasgarlo porque nos hacemos creer que debe existir, inventando mil culpas internas por renegar y querer salir de el, dando la vuelta…  cuesta hasta que un día la vida cansada de lanzarte más y más piedras al camino para que finalmente veas, y que entre esos badenes te sientes cansado de poder levantarte, hasta que sucede esa magia que sólo sobreviene al final de la última piedra, de la gota que ni siquiera cupo en el vaso…

Ese hilo invisible y protegido por uno mismo, a prueba de misiles,  de eso de lo que uno no quiere saber y sin embargo lo mantiene ahí, …. de los pasos que a veces se vuelven inciertos , que te confunden. De repente piensas en un segundo concreto, que ni tan siquiera estaba programado, ¿y si todo esto no es sino para coger fuerza y dar otro paso más definitivo?  ¿para seguir en abierto y con la cabeza bien bien alta?  

Ese ángel que desde siempre se ha cuidado de este pequeño ser, del que a veces pienso que me abandonó, y resulta que no era sino otra manera, una que tenía más fuerza, para ver las cosas y tomar decisiones.

¿Cómo romper amares o hilos sin sentirse culpable?  Mirando bien dentro, despacito y con decisión,  saliendo de la oscuridad que de repente quiso empañar el sol que puebla mis segundos,  de esa oscuridad que me ha enseñado muchas cosas pero que a veces me empeño en no ver… y la verdad es que no sé por qué no las veo si son el empuje de fuerza para continuar bajo otra perspectiva.

La fuerza no es la misma a cada instante y ni siquiera a fases, y ahora soy bastante consciente de esto. Mientras caminaba por la calle, lo vi, lo sentí, que la vida, la experiencia te da otro tono, otro aporte, pero no es ni más ni menos, es sólo distinto. En la niñez la inexperiencia de la vida misma te asusta y te consuela el pensar que tu propia alegría y fuerza de vida serán más que suficiente para cualquier obstáculo, aunque después se sufra, llore, se derrumbase uno. Y a lo largo que se va creciendo, los obstáculos siguen existiendo porque la vida te los pone delante, (a veces me da por preguntar por qué, pero semejante pregunta idiota esa) y en el crecer la experiencia te da cierta ventaja, para seguir adelante buscando un camino alternativo para llegar al mismo sitio. 

En uno de esos caminos alternativos me quedé sentado al borde y debajo de un árbol que a veces da sombra y a veces sol, donde el viento me sostiene y levanta, y las almas luminosas de quienes tanto me quieren se cuidan bien bien de mí, y me acostumbré tanto a no contar sino conmigo para seguir adelante ,fuera lo que fuese y como fuese , que me cuesta expresarlo a una mirada cálida y tierna. Porque siempre me dije que no importaba la piedra que encontrara por el sendero que podría con ella, y que antes o después daría con la manera de bordearla y continuar caminando, y en esas suelo estar cuando algo me acongoja o sobrecoge más de lo normal,  de este ser al que se le olvidó lo sensible que es, y que se ha hecho a sí mismo más “fuerte”.  

Entre esa fortaleza y el no contar sino conmigo mismo por tantos años de niñez y adolescencia y en la madurez,tengo esa pequeñita manía, de buscar y rebuscar una y otra vez dentro de esta esencia para ver el sol relucir segundo tras segundo.

Quizás es hora de cortar ciertos hilos conmigo mismo, de este anterior y algunos más.  De esos hilos que todos tenemos, todos, todos, todos, de los millones de seres que pueblan este maravilloso planeta, que todos queremos amar, estar en paz y vivir sintiendo.

Ese lazo invisible que hemos tejido con un hilo casi más resistente que el que usa la araña para tejer su tela, ese hilo que deja de ser tan invisible y se hace muy visible, tanto que nos asusta verlo aún cuando pensábamos era de lo que huíamos.Todos tenemos algo de lo que huimos, de una manera o de otra.

Que yo escriba, que tenga esta habilidad,para expresar, y vivir, sentir, ser, no significa que sea un ser extraordinario, siento, lloro, río, sufro, vivo como todos ustedes. Sólo eso, todo eso, nada más y menos que eso….

Gracias por escuchar.