Estos son mis días de Reconciliación
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, julio 6, 2018

Estos últimos días he peregrinado a mi interior que es un paraje desolado buscando la Fuerza que alimente mi vida, buscando la Alegría del hacer y buscando la Paz mental necesaria para progresar en este mundo alterado y violento.
En estos últimos días me he pasado revisando mi vida,mis esperanzas y también mis fracasos con el fin de limpiar la mente de toda falsedad y contradicción. Tener la oportunidad de revisar aspiraciones y frustraciones es una práctica que aunque fuera por una sola vez en la vida, debería efectuar todo aquel que busca avanzar en su desarrollo personal y en su acción en el mundo.
Estos han sido para mi, días de inspiración y reflexión. Estos son días de Reconciliación. Reconciliación sincera conmigo mismo y con aquellos que me han herido. En esas relaciones dolorosas que he padecido no estoy tratando de perdonar ni ser perdonado. Perdonar exige que uno de los términos se ponga en una altura moral superior y que el otro término se humille ante quien perdona. Y es claro que el perdón es un paso más avanzado que el de la venganza, pero no lo es tanto como el de la reconciliación.
Estos han sido para mi, días de inspiración y reflexión. Estos son días de Reconciliación. Reconciliación sincera conmigo mismo y con aquellos que me han herido. En esas relaciones dolorosas que he padecido no estoy tratando de perdonar ni ser perdonado. Perdonar exige que uno de los términos se ponga en una altura moral superior y que el otro término se humille ante quien perdona. Y es claro que el perdón es un paso más avanzado que el de la venganza, pero no lo es tanto como el de la reconciliación.
Tampoco estoy tratando de olvidar los agravios que hayan ocurrido. No es el caso de intentar la falsificación de la memoria. Es el caso de tratar de comprender lo que ocurrió para entrar en el paso superior de reconciliar. Nada bueno se logra personal o socialmente con el olvido o el perdón. ¡Ni olvido ni perdón!, porque la mente debe quedar fresca y atenta sin disimulos ni falsificaciones.
Estoy considerando ahora el punto más importante de la Reconciliación que no admite adulteraciones. Si es que busco la reconciliación sincera conmigo mismo y con aquellos que me han herido intensamente es porque quiero una transformación profunda de mi vida. Una transformación que me saque del resentimiento en el que, en definitiva, nadie se reconcilia con nadie y ni siquiera consigo mismo.
Estoy considerando ahora el punto más importante de la Reconciliación que no admite adulteraciones. Si es que busco la reconciliación sincera conmigo mismo y con aquellos que me han herido intensamente es porque quiero una transformación profunda de mi vida. Una transformación que me saque del resentimiento en el que, en definitiva, nadie se reconcilia con nadie y ni siquiera consigo mismo.
Cuando llegue a comprender que en mi interior no habita un enemigo sino un ser lleno de esperanzas y fracasos, un ser en el que veo en corta sucesión de imágenes, momentos hermosos de plenitud y momentos de frustración y resentimiento. Cuando llegue a comprender que mi enemigo es un ser que también vivió con esperanzas y fracasos, un ser en el que hubo hermosos momentos de plenitud y momentos de frustración y resentimiento, estaré poniendo una mirada humanizadora sobre la piel de la monstruosidad.
Este camino hacia la reconciliación no surge espontáneamente, del mismo modo que no surge espontáneamente el camino hacia la no violencia. Porque ambos requieren de una gran comprensión y de la formación de una repugnancia física por la violencia.
No seré yo quien juzgue los errores, propios o ajenos, para eso estará la retribución humana y la justicia humana y será la altura de los tiempos la que ejercerá su dominio, porque yo no quiero juzgarme ni juzgar... quiero comprender en profundidad para limpiar mi mente de todo resentimiento.
Reconciliar no es olvidar ni perdonar, es reconocer todo lo ocurrido y es proponerse salir del círculo del resentimiento. Es pasear la mirada reconociendo los errores en uno y en los otros. Reconciliar en uno mismo es proponerse no pasar por el mismo camino dos veces, sino disponerse a reparar doblemente los daños producidos. Pero está claro que a quien me haya ofendido no puedo pedirles que reparen doblemente los daños que me ocasionaron.
Sin embargo, es una buena tarea hacerles ver la cadena de perjuicios que van arrastrando en sus vidas. Al hacer esto me reconcilio con quien haya sentido antes como un enemigo, aunque esto no logre que el otro se reconcilie conmigo, pero eso ya es parte del destino de sus acciones sobre las que no puedo decidir.
Sin embargo, es una buena tarea hacerles ver la cadena de perjuicios que van arrastrando en sus vidas. Al hacer esto me reconcilio con quien haya sentido antes como un enemigo, aunque esto no logre que el otro se reconcilie conmigo, pero eso ya es parte del destino de sus acciones sobre las que no puedo decidir.
Estoy diciendo que la reconciliación no es reciproca entre las personas y también que la reconciliación con uno mismo no trae como consecuencia que otros salgan de su circulo vicioso aunque se pueden reconocer los beneficios sociales de semejante postura individual.
En estos días he pasado revista a las situaciones que considero mas importantes en mi vida. Si he localizado tales momentos y he paseado por ellos la reconciliación limpiando los resentimientos que me atan al pasado, habré hecho una buena peregrinación hasta la fuente de la renovación y la transformación.
Siempre me pregunto: Como vencerá el ser humano a su sombra? .Acaso huyendo de ella? .Acaso enfrentándola en incoherente lucha? Si el motor de la historia es la rebelión contra la muerte, me digo: rebélate ahora contra la frustración y la venganza. Déjate, por primera vez en la historia, de buscar culpables. Tu y el otro somos responsables de lo que una vez hicimos, pero nadie es culpable de lo que sucedió. Ojalá en este juicio universal se pueda declarar: "no hay culpables". Y se establezca como obligación para cada ser humano, reconciliarse con su propio pasado.
Si la dirección de tu vida no ha cambiado todavía, necesitas hacerlo; pero si ya cambio necesitas fortalecerla.Para que todo esto sea posible, acompáñame en un acto libre, valiente y profundo que sea además un compromiso. Pongámonos de pie, y frente a nuestro propio futuro, preguntemos: ¿Es necesario, para mi y para otros que cambie o se fortalezca la dirección de mi vida? Entonces, en silencio, escuchemos la voz, la voz interna que surge en nosotros.
Para todos: !PAZ, FUERZA Y ALEGRÍA!
Patricio Varsariah.