Independientemente de tu postura política, social o económica, ya no es posible ignorar el cambio que se está produciendo. El mundo está llegando a una crisis. La humanidad está en un punto crítico. Hemos desperdiciado nuestros preciados recursos naturales y nos hemos dado la espalda, incluso en una época en la que la ciencia proclama que somos una sociedad más avanzada que nunca. Pero ¿realmente lo somos?

Hay muchas crisis en el mundo. No estoy aquí para decir que no las haya habido en el pasado. La diferencia es que ahora somos más conscientes de todos los problemas, al explorar el uso de la comunicación tecnológica. Los medios de comunicación ejercen una influencia generalizada sobre nosotros a través de ellos.

Nuestros problemas son ambientales, sociales, políticos e interpersonales. Siempre lo han sido. Pero ahora, la tecnología ha hecho posible explotar fácilmente el planeta y a los demás. Eso es lo que hace que esta época sea diferente. Nos estamos topando con un muro en nuestra explotación. No tenemos nada más que consumir. Estamos agotados material, emocional y espiritualmente.

Mientras destruimos el suelo que pisamos y el aire que respiramos, seguimos destruyéndonos unos a otros. Y lo loco es que lo hacemos conscientemente, como si nada fuera real. Nos desconectamos de la realidad para justificar nuestro despilfarro.

Es hora de despertar. Entender la relación causa-efecto. Nos estamos hundiendo. Tenemos que reconectarnos con los demás y con la Madre Tierra si queremos revertir esta situación. La naturaleza se reequilibra Lo primero que notamos es una tendencia en el clima y la geología. Es difícil ignorarla cuando la ira de la Madre Naturaleza causa devastación a gran escala.

Cuando nos desconectamos demasiado de la naturaleza, esta contraataca. La Madre Tierra previene por sí sola una mayor explotación ambiental. El planeta ha activado protocolos de seguridad. Los desastres naturales recuerdan a los humanos que no tienen dominio sobre la naturaleza. El cambio climático es una consecuencia natural de nuestras prácticas descabelladas al agotar los recursos del planeta.

Sabremos que hemos llegado a un punto sin retorno cuando el planeta empiece a eliminar a los seres humanos, haciendo el aire irrespirable y la tierra inhabitable. Algunos nos adaptaremos y sobreviviremos al cambio, pues algunos ya somos conscientes de lo que está sucediendo. Los humanos llegaremos al punto en que la naturaleza se reequilibre y alcance de nuevo un estado sostenible.

Sin embargo, es probable que, si seguimos como hasta ahora en la era industrial, nadie que lea esto siga vivo cuando esto suceda. Solo experimentaremos la Caída. Pero creo que aún estamos a tiempo para revertirlo todo.

La sociedad puede ser un espacio de igualdad y democracia. Todo empieza a desmoronarse cuando los gobiernos no se construyen para la gente. Y esta catástrofe social puede ser peor que cualquier problema ambiental que podamos enfrentar. Nos estamos infligiendo ambos problemas, pero en la sociedad, es un proceso rápido y doloroso, ya que los seres humanos se atacan conscientemente entre sí.

Es mucho peor ser traicionado por tu propia especie cara a cara que ser vencido por la ira de la naturaleza. Los desastres humanos permanecen en la psique colectiva como traumas profundos mucho más tiempo que los naturales. Como criaturas conscientes, tenemos una opción: ¿nos haremos daño o nos ayudaremos mutuamente?

Tendremos la oportunidad de abrazar a nuestros semejantes, y espero que la aprovechemos. Las decisiones egoístas no son la salvación. Para preservar la democracia, debemos preocuparnos por los desconocidos. Debemos vernos reflejados en los demás.

La democracia es tan valiosa, y la libertad no es gratuita. Todos debemos actuar para protegerla. Ya no podemos ignorarla. ¿Y la utopía? Aún es posible.

Hemos llegado a un estado crítico de estrés y aislamiento. Las relaciones se desconectan Los humanos estamos más conectados que nunca gracias a la tecnología. Sin embargo, estamos más aislados, solos y desconectados. Sufrimos problemas de salud mental relacionados con el estrés que superan a los de cualquier generación anterior. 

El mundo "moderno" es emocionalmente inestable. De alguna manera, se ha puesto de moda ser insensible y cruel con los demás. Las relaciones personales se consideran desechables porque siempre hay otra a la que seguir adelante. La gente se enorgullece de su capacidad para cortar con amigos y parejas en un instante, proclamando que sus límites y principios son más importantes que la verdadera conexión humana.

Mientras tanto, la gente sufre en silencio, en privado. Los vecinos que viven cerca ignoran el sufrimiento de los demás. Las ciudades están llenas de almas solitarias y perdidas. Hemos perdido la idea de quiénes somos realmente y nuestra conexión con la naturaleza. 

Estas son las dos cosas que pueden curarnos. Las personas pueden recordar quiénes son realmente y conectar de nuevo.  Debemos acabar con la falsedad La empatía está prácticamente perdida. No podemos sostenernos así. Los humanos nos necesitamos unos a otros y necesitamos a la naturaleza.

Hemos decidido que estamos por encima de ella y que podemos vivir en un mundo concreto con distracciones insignificantes y consumistas. Nos conformamos con vivir nuestras vidas sin sentido, simplemente viviendo a base de alimentos procesados, experiencias artificiales y relaciones desechables.

Y los políticos en el poder se aprovechan de esto. Así es como ganan. Si estamos divididos y ni siquiera sabemos quiénes somos, entonces pueden dominarnos. Hacen lo que quieren mientras estamos hipnotizados por falsedades y falsedades. ¿Por qué no lo estaríamos si no tenemos un código moral ni espiritual que nos rija?

Nuestros dioses son plásticos, y nuestra filosofía es mantener la superficialidad a toda costa. Permitimos que la democracia se desmorone porque nos han enseñado a centrarnos únicamente en asegurar un flujo constante de ilusiones. Nuestras vidas son, en gran medida, una pérdida de tiempo a menos que despertemos.

Ahora es el momento de actuar. El silencio ya no puede ser mayor. Si permites que esto suceda por miedo y porque no te afecta personalmente, estás cometiendo un error. A todos nos afecta. No hay escapatoria del colectivo: somos uno. Lo que algunos hacemos nos afecta a todos. Y si tienes valores morales, debes defender lo que es correcto.

El peligro no es la ignorancia del político que tiene el poder,  es la ceguera del ciudadano.

Patricio Varsariah.
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