Cuando no veas camino a seguir, mira hacia atrás. Hay momentos para olvidar y hay momentos para recordar. Recuérdate de ti mismo, siempre y en todas partes. 

¿Alguna vez te has sentido perdido? ¿Alguna vez te has encontrado deteniéndote en medio de todo y preguntándote qué diablos vas a hacer? ciertamente tengo Todos lo hemos sentido. Ese muro de desesperación. Ese sentimiento muy profundo, como si hubiera alguien sentado en tu pecho, aplastando tu corazón.

La muerte de alguien a quien amas. La pérdida de un sueño. Un diagnóstico sombrío. Un golpe en la puerta. Una destrucción de su mundo. Un obstáculo que no te ves superando. Puede parecer que no hay forma de avanzar, porque todo lo que podemos ver es oscuridad y cada elección tiene un peso agonizante. 

La vida nos pone a prueba y, a veces, la vida nos rompe. Para bien y para mal, eso es parte del ser humano.

Pero aquí hay otra parte: tu historia personal, tu historia.

El pasado no es un lugar para habitar, pero es un lugar para aprender. Y cuando no pueda ver nada delante de usted más que dolor, puede ser el momento de mirar hacia atrás: quién era, qué hizo, por qué lo hizo. Sobre todo, si estás tratando de hacer algo difícil, algo imposible, debes recordarte por qué haces lo que haces.

A veces es fácil olvidar lo que te trajo a dónde estás. En medio de la vida, en nuestros momentos más oscuros, podemos perder de vista nuestras razones, el corazón de los corazones de lo que nos inspiró a actuar. Con demasiada frecuencia, la tentación de rendirse gana, no por falta de fuerza, sino por falta de conciencia de sí mismo.

Lo mismo se aplica cuando perdemos a alguien que amamos. ¿Dejamos que el dolor borre nuestro futuro? ¿O recordamos los recuerdos compartidos, los momentos conmovedores, y en ellos vemos que vivir, incluso si es difícil, vale la pena, si no para nosotros, entonces para ese ser querido que quiere que sigas viviendo? Porque uno de los mejores homenajes que podemos hacer a quienes hemos perdido en el camino es vivir una buena vida. Vivir bien es un homenaje a los muertos.

El amor es, cómo te mantienes vivo, incluso después de que te hayas ido.

Sé que es duro. Sé que es injusto. La vida no juega juegos fáciles, y no está en el negocio de la feria. Pero vale la pena seguir adelante. Niégate a perder, porque la derrota, en muchos casos, es una elección.
Dondequiera que estés, por lo que sea que estés pasando, recuerda las cosas buenas de tu vida, recuerda las ideas que te inspiraron, recuerda los sueños que te llevaron, recuerda a las personas que te tocaron y recuerda el amor que te sanó.

Todavía hay un camino.

Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente. 

Gracias por tu generosidad y la paciencia de leerme, espero que hayas encontrado algo útil y si deseas puedes compartirlo ya que el saber aumenta si se comparte.

Saludos.

Patricio Varsariah.