Escribir es mi forma de mantener la sensatez.
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, mayo 21, 2025

Escribo para saborear la vida dos veces. No puedo imaginar un mundo sin libros. La sociedad se derrumbará bajo el peso de su propia ignorancia. Mi propósito como un escritor aficionado es evitar que el país y la civilización se destruya a sí misma. Las batallas de hoy son diferentes, pero no menos vitales. La desinformación se propaga más rápido. Las distracciones se multiplican. La capacidad de atención se reduce. Pero los escritores aún debemos decir la verdad.
Cuando escribo no ensayo ser un narrador. Intento ser el guardián de la razón y un espejo para la sociedad. Exponer las verdades que ignoramos. Y nos devuelven nuestra humanidad cuando estamos a punto de perderla.
Sin escritores, corremos el riesgo de repetir los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.
Los libros han cambiado mi perspectiva sobre muchas cosas. ¿Cuándo fue la última vez que un libro te cambió? Quizás expuso una injusticia. Te hizo sentir menos solo o te obligó a cuestionar la verdad. Ese es el poder de la escritura. No solo refleja el mundo, sino que cambia nuestra forma de vivir en él.
Vivimos en el capitalismo. Su poder parecer ineludible. También lo era el derecho divino de los reyes. Cualquier poder humano puede ser resistido y transformado por seres humanos. La resistencia y el cambio a menudo comienzan en el arte, y muy a menudo en nuestro arte, el arte de las palabras.
Escribir es mi forma de mantener la cordura. Es cómo recordarme quién soy y en quién no quiero convertirme. Si pierdo eso, lo pierdo todo.
Escribo para que la gente se detenga a pensar. Eso es poderoso. Y necesario. Escribo para advertir sobre el poder, el control y el peligro de la obediencia ciega. No intento ser astuto. Intento evitar que la civilización se autodestruyera. Tengo el coraje de decir lo que otros temen decir.
Escribir muestra cómo soy ahora mismo y en qué podría convertirme. La buena escritura no me permite apartar la mirada. Y eso es bueno. Mis escritos intentar hacer que la gente se sienta vista. Pero más que eso, les hago preocuparse. Impulso a la gente a pensar, a actuar, a amar mejor. Eso no es solo poesía. Es sabiduría para la supervivencia.
Escribir mantiene a la gente en marcha. Y la gente construye la civilización. Si salvamos a uno, salvamos a todos. Es una de las cosas más activas que puedo hacer. Cambiar mentalidades. Las palabras cambian la historia. Y construyen leyes. Inician movimientos. Desafían a líderes. No necesito escribir un éxito de ventas. Solo necesito escribir algo que importe. Que ayude a alguien a ver con claridad. Que diga la verdad, incluso cuando duela. Especialmente cuando duela.
Escribo. Incluso cuando estoy cansado. Incluso cuando nadie lo lea. Incluso cuando siento que estoy gritando al vacío. Porque algún día, alguien me escuchará. Y tal vez le ayude a girar el volante antes de que llegue al límite ese es el punto. Escribir no lo arreglará todo. Pero puedo evitar que lo quememos todo.
Escribir es mantenimiento. Como cepillarse los dientes o tunear un coche. Si te lo saltas, todo se descompone. Las sociedades no son diferentes. Si nadie dice la verdad, si nadie cuestiona el sistema, este se pudre y se pierde todo.
Intento mantenerme firme cuando escribo no dejo que el óxido gane. No hace falta escribir novelas épicas ni publicar artículos de opinión en el New York Times. Una publicación breve. Notas en línea. Un mensaje que haga que alguien vuelva a sentirse humano. Eso es todo lo que se necesitó.
Una vez escribí un párrafo sobre el duelo: «La realidad es que llorarás para siempre. No superarás la pérdida de un ser querido; aprendes a vivir con ella. Sanarás y te reconstruirás a partir de la pérdida que has sufrido. Volverás a estar completo, pero nunca volverás a ser el mismo. Ni deberías ser el mismo ni querrías serlo. Ese es el propósito.
El mundo olvida rápido. La civilización tiene memoria corta. Genocidios, guerras y opresión. Se repiten cuando la gente olvida. Los escritos ayudan al mundo a recordar. El silencio facilita la opresión. Las palabras rompen ciclos.
Puede que tú y yo nunca escribamos algo que termine en los libros de historia. Pero podemos escribir algo que evite que nuestros amigos, nuestros hijos e incluso nuestro yo futuro se queden dormidos al volante. Cada vez que compartes una dura verdad en redes sociales, estás haciendo este trabajo. Tus tuits y publicaciones pueden influir en una vida.
¿La verdad final?
Si el país o la civilización cae, no será por una gran explosión. Será por el silencio. Por la gente que elige la comodidad sobre la claridad. Por nadie que alce la voz cuando importa. Escribir es cómo te niegas a permanecer en silencio. Así que escribe. Sé tú también un escritor el que evita que el país o la civilización se destruya a sí misma. Una publicación a la vez. Ese es el propósito. Escribir es una responsabilidad.
Yo escribo para recordar, para vivir, para resistir y para reconstruir. Hacer sentir a la gente. Así es como evitamos que las grietas de la civilización se conviertan en colapso. No estoy siendo dramático. Estoy siendo claro. La iluminación depende de alguien que se mantenga despierto, preste atención y diga la verdad. Ese es el propósito.
Cuando sienta que mis palabras no importan, recordare: que un poema sacado a escondidas de una prisión derrocó a dictadores. Un eslogan publicitario del metro ("Si ves algo, di algo") cambió la cultura de la seguridad. El video de TikTok de un adolescente desató protestas globales. La civilización no se destruye con una explosión dramática. Sino con la complicidad diaria.
Así que lee con voracidad. Mientras las palabras se escriban y se compartan, la esperanza persiste.
Mi gratitud por dedicar tu tiempo en leer, que tengas un día maravilloso.
Patricio Varsariah.