el éxito y la fama...
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, febrero 2, 2018
Es imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría. Es saludable recordarse que el fuerte puede debilitar y el sabio puede errar. Se necesita más personalidad para lidiar con el éxito que para resistir el fracaso. Siempre hablamos, leemos y opinamos, sobre la necesidad y valentía del ser humano, de hacer frente al fracaso, de atravesar circunstancias dolorosas y salir airosos, de resistir el dolor pero no hacernos presa del sufrimiento, es una virtud el poder caer una y mil veces y levantarnos nuevamente para seguir siempre adelante, es una gran cualidad.
Sin embargo, ¿Qué pasa con la fama y el éxito?…¿Acaso no suelen transformarse las personas cuando son exitosas o famosas?…resulta que llegan a cambiar de tal manera, que muchos jamás vuelven a ser las mismos de antes o quienes conocimos o mejor dicho, nunca llegamos a conocer.
Se necesita pues tener una personalidad más sensata y madura, para enfrentar los avatares que trae consigo el éxito, pues para atravesar los fracasos, solemos desvestirnos y deslastrarnos de toda investidura, no nos interesan los tronos, los nombres y renombres, el dolor no respeta jerarquías, pero cuando se trata de éxito, si no somos capaces de conservar la humildad de nuestra alma, podemos llegar a desconocernos a nosotros mismos, por que la humildad es la única verdadera sabiduría que nos prepara para todos los posibles cambios de la vida.
Por ello siempre será más sencillo hablar sobre las maneras de reponerse al dolor, porque en realidad el sabor del fracaso suele sacar lo mejor de nosotros, más el éxito contradictoriamente saca lo peor, las facetas que atraviesa una persona que ha experimentado el éxito y la fama, parece conservar un patrón común, salvo algunas excepciones, rara vez las personas son leales a sus criterios y a sus valores cuando el éxito toca a su puerta.
No se trata entonces de que sea malo, negativo o menos conveniente ser exitoso, más bien es llegar a asimilar todos los beneficios que trae la fortuna del éxito y la prosperidad sin hacer mella en nuestra propia esencia, sin irrespetarnos y especialmente sin irrespetar a los demás, recordando siempre que la vida da vueltas constantemente, que los aprendizajes llegan de las maneras más inesperadas y que cada quien en esta vida juega su propio papel, sufre sus penas y celebra sus logros.
Tener la fortaleza de enfrentar los fracasos es una virtud que se alcanza solo con el dolor, con la lucha y la perseverancia, pero tener la personalidad para conservar nuestros más hermosas enseñanzas, la humildad y la bondad ante el éxito, es una virtud que si bien todos tenemos, es tan sutil y frágil, que puede desaparecer en un instante de gloria.
Finalmente los títulos no honoran a los hombres, los hombres honoran los títulos.
Patricio Varsariah.