Hace unos años cuando me diagnosticaron cáncer de mamas,fue una noticia inesperada que tenia que afrontarle y fue mas traumática al saber que en el hombre aparece una vez en diez mil personas o mas, esta situación no puedo negarles que me disgusto mucho y pensé como podía ayudar a mi organismo en la búsqueda del equilibrio cuando las células crecen descontroladamente sobrepasando a las células normales, lo cual dificulta que el cuerpo funcione de la manera que debería...?

La primera vez que uno dice en voz alta ‘tengo cáncer’ es la más difícil. A medida que lo va diciendo más, es más fácil asimilar y decir estas palabras. Mientras más hablaba acerca de mi cáncer de mamas, se me hacía más fácil aceptar por lo que estaba pasando. 

Para muchas personas, el cáncer puede tratarse muy eficazmente; de hecho, ahora más que nunca hay un mayor número de personas que tienen una vida plena después de haber recibido su tratamiento contra el cáncer.

La gente a menudo se pregunta: “¿Qué hice mal?” o “¿Por qué a mí?”. Los médicos no pueden determinar con certeza las causas del cáncer. Cuando los médicos no pueden ofrecer una razón sobre la enfermedad, muchas personas generan sus propias ideas sobre qué pudo haberla generado.

Algunas personas consideran que es un castigo por algo que hicieron o que no hicieron en el pasado. La mayoría se pregunta si algo de lo que hicieron es consecuencia directa de su enfermedad. Estos pensamientos y creencias son comunes entre las personas con cáncer. Es necesario que sepan que el cáncer no es un castigo a sus acciones pasadas. Trate de no culparse ni obsesionarse en buscar maneras que de alguna forma podrían haber prevenido el cáncer. El cáncer no es su culpa, y casi nunca se puede saber qué lo causó. 

A continuación me gustaría compartir la forma como trate esta enfermedad desde mi perspectiva personal y mental que aporto creo Yo,  un 85% o mas a la eficacia del tratamiento convencional.

Puse a trabajar a mi mente a través de una forma sencilla y practica que consistía en repetirme mentalmente “Lo siento, te amo” de esta manera quería dirigirme a la Divinidad al Universo (a Dios, si nos resulta un concepto más familiar), y le estaba expresando que lamentaba haber utilizado mi infinito poder creador para atraer a mi vida una situación desagradable. Y le estabas manifestando mi gratitud por sanar la parte de mi mente que atrajo esa situación.

Luego, a medida que mi mente es sanada, la realidad que experimentaba, que no es más que una proyección de nuestra mente, también cambiaba.

Quisiera señalar que para mi, este ejercicio que me parece muy importante. Se trata de la coincidencia entre mi simple técnica y otras técnicas o filosofías aparentemente muy diferentes entre sí, como la ley de atracción, la meditación, el pensamiento positivo, la oración, el perdón. Una coincidencia entre todas ellas es que proponen cuidar amorosamente del momento presente, que es el instante donde estamos creando permanentemente nuestra realidad… y donde también creamos los problemas a los que luego les queremos aplicar. 

Todas estas técnicas intentan sacar nuestra mente del estado tan habitual de estar “rumiando” pensamientos negativos. Cada una lo logra de una manera diferente. 

Los ejercicios relacionados con la ley de atracción (la visualización creativa, por ejemplo), nos hacen cambiar los pensamientos de escasez por las emociones placenteras que sentiríamos si nuestros deseos ya se hubieran cumplido. La atención plena interrumpe radicalmente la actividad de nuestra mente, así ya no podemos tener pensamientos negativos. 

El perdón pone fin a emociones como el rencor o los resentimientos. 

El desarrollo de la autoestima,  nos reconcilia con nosotros mismos y, a partir de ahí, con las personas y circunstancias que nos rodean. Y de una manera parecida funcionan la meditación, el pensamiento positivo, la oración, etc.

El efecto sanador de repetirme mentalmente “Lo siento, te amo”, es la consecuencia de cambiar nuestras emociones frente a problemas o situaciones “desagradables” y además nos saca de la posición de criticar y resistir y nos coloca en un estado de amorosa comprensión y aceptación… siempre que no apliquemos la técnica de manera mecánica ya que las repeticiones mecánicas por sí solos no producen ningún cambio.

Practicar el efecto sanador de repetirme mentalmente “Lo siento, te amo” con el mismo humor de siempre, sin un cambio real y profundo de nuestras emociones, no producirá cambios positivos y duraderos en nuestras vidas.

El momento presente es ese instante mágico en el que creamos la realidad… y la realidad que creamos es un fiel reflejo de nuestras emociones más frecuentes. Entonces, cada vez que algo nos preocupe o nos haga enojar… apurémonos a decir (¡y a sentir!) “Lo siento, te amo” para cambiar esas emociones por otras más positivas que nos permitirán atraer bienestar y abundancia a nuestras vidas.

No podemos olvidar que somos ciento por ciento responsables de todas nuestras experiencias.

Nuestro estado de ánimo no puede depender de una noticia, una nube o una persona, porque entonces ya no es nuestro. Somos responsables en un ciento por ciento de todas nuestras experiencias, todo lo que pensamos va creando nuestro futuro. 

Sin embargo, esta afirmación tan importante no puede ser demostrada. Cada uno de nosotros debe llegar por sí mismo a esta certeza. Creo que los años transcurridos (y una importante cantidad de fracasos acumulados) ayudan a convencerse, a llegar a esta conclusión imprescindible para luego ser coherentes al aplicar el efecto sanador. 

Si no nos sentimos ciento por ciento responsables de cada cosa que nos pasa no seremos perseverantes ni auténticos al practicar, y esto provocará que los resultados no sean los esperados.

Cuando tratamos de hacer cambios importantes en nuestras vidas, suelen manifestarse todo tipo de resistencias. Ponernos en movimiento, entonces, revela esas invisibles cadenas que siempre nos atan, y de las que tal vez nada sabíamos.

Quien no se mueve no siente sus cadenas. Y como es nuestro destino evolucionar y liberarnos, todas las fuerzas del Universo están de nuestro lado y sólo aguardan nuestra decisión para venir en nuestra ayuda. Con sólo ser constantes ya tendríamos la batalla ganada.

Pero tenemos que ser constantes y para ello debemos desarrollar nuestra perseverancia, siendo tolerantes con nosotros mismos. Antes de empezar a fijarnos metas, lo mejor es haber desarrollado una actitud de amorosa tolerancia con los propios errores. Nada peor para comenzar cualquier actividad que saber que nos espera una cruel autocrítica ante el primer error.

Es importante desarrollar vínculos positivos, tratar de vincularse con otras personas que estén intentando llevar a cabo los mismos cambios. Estas relaciones refuerzan nuestro compromiso.

Y por supuesto es importante para desarrollar nuestra perseverancia el ser
optimistas. Aprender a confiar en que las cosas se pondrán más fáciles. En la medida en que vayamos cumpliendo metas simples, iremos fortaleciendo nuestra voluntad y determinación de manera que cada vez las cosas serán un poco más fáciles.

Ser realistas al fijarnos metas ayuda mucho y por supuesto no podemos pretender alcanzar objetivos fuera de nuestras posibilidades o en tiempos imposibles. Es cierto que cada logro nos fortalece, pero también es cierto que cada fracaso nos debilita.

Finalmente pedir en una oración salida desde tu corazón tener la voluntad, la constancia y la motivación para alcanzar nuestras metas. Somos parte de un Poder Superior al que siempre podemos recurrir cuando sentimos que con nuestro esfuerzo individual no alcanza. ¡Pidamos y se nos dará!

Saludos.

Patricio Varsariah.
13-Sep-18 8:56:57 AM