La libertad es un deseo universal que trasciende el tiempo, la geografía y la cultura. Es un estado del ser que la mayoría de la gente anhela pero que a menudo lucha por alcanzar. Ya sea la libertad de restricciones externas o limitaciones internas, la búsqueda de la libertad ha desafiado a los humanos durante siglos.

La necesidad de libertad se ha vuelto aún más crítica en nuestro mundo moderno. Desde las exigencias del trabajo hasta las presiones de las expectativas sociales, es fácil sentirse atrapado y limitado.

Nacemos en un estado de libertad natural. Nuestra tarea en la vida es recordar y reclamar esta libertad innata a través de la atención plena, la auto-indagación, la autoexpresión y la curiosidad. Debemos ver la libertad como una forma de vida más que como una meta a alcanzar.

Despertar a quién eres requiere dejar ir a quien imaginas que eres, el camino hacia la libertad pasa por trascender el ego. El camino hacia la libertad implica dejar de lado nuestro apego al ego, que es la fuente del sufrimiento y la limitación.

El ego es como una construcción mental con la que nos identificamos, que crea una sensación de separación y limita nuestra experiencia de la realidad. El ego crea un falso sentido de sí mismo separado del resto del mundo, lo que genera ansiedad, miedo y aislamiento.

La práctica de la meditación es una herramienta poderosa para dejar ir el ego y acceder a un sentido más profundo de libertad interior. Al aquietar la mente y observar nuestros pensamientos sin juzgar, podemos ver a través de las ilusiones del ego y conectarnos con un sentido más profundo de nuestra verdadera naturaleza.

La clave de la verdadera libertad radica en comprender la naturaleza de la realidad y la interconexión de todas las cosas. Eso significa cambiar nuestra perspectiva de una visión dualista del mundo, en la que nos vemos separados de todo lo demás, a una visión más holística.

También creo que, al cultivar una conciencia más profunda de nuestro ser interior, podríamos liberarnos de los patrones de pensamiento y comportamiento que nos mantienen atrapados en un ciclo de sufrimiento y descontento.

Entregarse al presente. También creo que la verdadera libertad implica un profundo sentido de aceptación y entrega al momento presente. Deja de medir los días por grado de productividad y comienza a experimentarlos por grado de presencia.

Pienso que el compromiso total con cualquier experiencia en el aquí y ahora es la clave de la felicidad. Este es el verdadero secreto de la vida: estar completamente comprometido con lo que estás haciendo aquí y ahora. Y en lugar de llamarlo trabajo, date cuenta de que es un juego.

Muchas personas no logran vivir significativamente porque siempre se están preparando para vivir. Controlar o manipular la realidad solo conduce a la frustración y al sufrimiento. En cambio, debemos aceptar la vida tal como es, con todos sus altibajos, y confiar en el flujo natural de las cosas. Si estamos indebidamente absortos en mejorar nuestras vidas, podemos olvidarnos por completo de vivirlas.
Creo que, al estar completamente presentes en el momento, podremos experimentar una sensación de libertad y liberación de las limitaciones de tiempo y espacio.

Expande tu conciencia porque también, la libertad como un estado mental más que como una condición física o externa. Podemos liberarnos de nuestras construcciones y limitaciones mentales expandiendo nuestra conciencia y adoptando nuevas perspectivas.

También me gustaría destacar la idea de vivir con espontaneidad y curiosidad. Creo que la verdadera libertad implica liberarse de las estructuras y rutinas rígidas que gobiernan nuestras vidas y aprovechar nuestra espontaneidad natural. Al reemplazar el miedo a lo desconocido con la curiosidad, nos abrimos a un flujo infinito de posibilidades. Podemos dejar que el miedo gobierne nuestras vidas o podemos convertirnos en niños con curiosidad, superando nuestros límites, saliendo de nuestras zonas de confort y aceptando lo que la vida nos presenta.

Pienso que la verdadera libertad no se puede obtener a través de medios o logros externos, sino que es más bien un proceso continuo de autodescubrimiento, crecimiento y evolución.

Hay que dejar ir las expectativas. La única forma de encontrarle sentido al cambio es sumergirse en él, moverse con él y unirse al baile. Cuando esperamos que las cosas sean de cierta manera, nos estamos preparando para la decepción. En cambio, debemos aprender a aceptar las cosas como son y estar agradecidos por lo que tenemos.

Las expectativas son a menudo la fuente de nuestro sufrimiento. Tenemos expectativas sobre cómo deberían ser las cosas, cómo deberían comportarse las personas y cómo deberían desarrollarse nuestras vidas. Cuando la realidad no coincide con nuestras expectativas, nos sentimos decepcionados, frustrados e incluso enojados. Puede conducir a un ciclo de sufrimiento a medida que continuamos aferrándonos a nuestras expectativas y luchando para que la realidad se ajuste a ellas.

Sin embargo, cuando dejamos ir nuestras expectativas, nos liberamos de este ciclo de sufrimiento. Podemos aceptar la realidad tal como es sin juicio ni resistencia. No significa que debamos volvernos pasivos o dejar de esforzarnos por mejorar nuestras vidas, sino que debemos abordar la vida con una mente abierta y la voluntad de adaptarnos a las circunstancias cambiantes.

En última instancia, el camino hacia la libertad implica dejar de lado nuestro apego a los resultados, expectativas, pensamientos, sentimientos y creencias y rendirnos al flujo de la vida.

Mi mensaje de libertad, es entrega, auto-indagación, creatividad, curiosidad, incertidumbre, racionalidad y conciencia ecológica que resuena en las personas que buscan liberarse de las limitaciones de sus mentes y vivir una vida más auténtica y liberada.

Cuiden de su salud y de los demás.

Patricio Varsariah.