Diciembre 2021
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, diciembre 20, 2021

Las hojas de mi calendario han ido cayendo una a una. Algunas sin prisa y otras sin pausa. No sé si sumar un nuevo diciembre o restar un año. No me salen las cuentas. Me fallan los cálculos cuando de hacer recuento de mi vida se trata. Lo que ayer sumaba, hoy puede que solo sea una resta. Lo que ayer multiplicaba, hoy quizás es una simple división. Vaya, ¡que los números son mi fuerte! Otro otoño, otra Navidad.
En esta época del año suelo estar especialmente sensible y hasta susceptible, porque tengo la sensación de que "es obligatorio" mostrar tu mejor sonrisa, pasar por alto determinados problemas y estar más unidos que nunca. Es como si fuera necesario hacer balance de lo que ha pasado en nuestra vida en el último año y plantarnos propósitos de enmienda.
Enfrentarnos a nuestros logros y sobre todo a nuestras equivocaciones. Analizar lo que hemos hecho y lo que se nos ha quedado en el camino. Tratar de limar asperezas, y si me apuran, hasta quitar "callosidades" que sabíamos que estaban ahí, pero claro, en diciembre todo se ve diferente.
Parece que en esta época del año necesitamos ser mejores personas, más solidarios, más amables, más receptivos a los problemas de los demás. En definitiva, es como si necesitáramos ser más humanos.
No soy de esas personas que esperan con ilusión la Navidad, que la viven y la sienten como una de las épocas más entrañables del año. Creo que realmente nunca lo he sido, con lo cual, no se trata de una fiesta que haya dejado de gustarme por alguna razón especial. Sencillamente, como decía al comienzo, no me gusta la sensación de "obligatoriedad". Si soy honesto, tengo muchísimos motivos por los que brindar, muchísimas razones por las que estar contento; así como otros tantos por los que esperar que el nuevo año sea más próspero en determinados aspectos de mi vida.
Por eso, aunque la Navidad o mejor dicho, casi todo lo que ella conlleva, no sea santo de mi devoción, este año quiero pensar diferente. No porque deba ser así, sino porque para mí, diciembre también implica otras muchas cosas.
Caminar el dia a dia sin ningún destino, mientras el resto del mundo hace sus compras navideñas y me ponen un poco melancólico las luces navideñas y los villancicos que resuenan por doquier. En fin, que aún no he hecho recuento de lo que este año ha supuesto en mi vida. Aún no he valorado lo que he ganado ni lo que he perdido (aunque más que perder, prefiero pensar que sencillamente son cosas que dejé atrás).
Todavía no me he puesto a hacer ese balance tan propio de esta época del año. No me he parado a ordenar mis experiencias, pero sin duda, este año ha sido un año muy importante. Un año de idas y vueltas, de tiras y aflojas, de blancos y negros, de luces y sombras y cambios profundos en mi vida.
Un año de llantos, amores perdidos como la muerte de mi hermanita Chavelita. Un año de sueños pendientes, metas cumplidas y propósitos olvidados. Un año de mucho bueno y un año de mucho malo. Un año perdido y un año ganado. Pero si tengo que destacar dos cosas, primero he cumplido uno de mis mas grandes SUEÑOS, reunir a mi familia en una sola mesa y el segundo es que mi salud ha mejorado un poco más.
Por todo lo dicho, y por todo lo que callo, creo que me equivoqué al comienzo de este escrito, así que voy a rectificar: "Las hojas del calendario han ido cayendo una a una. Algunas sin prisa y otras sin pausa. Sumo un nuevo diciembre, sumo otro año".
Y además, sumo , sumo SUEÑOS, sumo PROYECTOS, sumo SONRISAS, sumo PROMESAS, sumo BESOS, sumo CARICIAS y lo más importante te sumo a Ti, mi compañera del camino. Y todo lo que suma crece, todo lo que suma aumenta.
He dicho...
Patricio Varsariah.