Deja tus planes a un lado, aunque sea por un día.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, septiembre 29, 2025

Una meditación sobre la importancia de soltar el control y abrazar las sorpresas de la vida.
No hago planes. Para mí, los planos se parecen a cadenas: listas que atan, normas que limitan, caminos demasiado rígidos donde la espontaneidad y la alegría pierden espacio.
Y cuando esos planes no se cumplen —como suele pasar— lo que queda es frustración. La mente insiste en dar vueltas, en reprochar y analizar en exceso, hasta que el cuerpo se desgasta bajo un peso que nunca necesitó llevar.
Por eso prefiere otra forma de vivir. Confío en el ritmo natural de las cosas, en la calma de lo que llega por sí mismo. Dejo que la vida se despliegue con su propio tiempo, sin imponerle el mío.
Al despertar, no es una alarma la que me obliga a abrir los ojos, sino el día que se enciende poco a poco. Me levanto sin prisa, sin un guion estricto, sólo con la disposición de recibir lo que venga. Cada mañana me recuerda que la vida ya es, antes de cualquier plan.
En esos momentos de quietud regreso a mí mismo. Escucho lo que necesito de verdad, sin ruidos ni presiones externas. Y en ese espacio aparece una claridad sencilla: que lo esencial no requiere esfuerzo, sino atención.
El mundo, lo sé, empuja en otra dirección. Pide correr, competir, alcanzar metas una tras otra. Yo elijo detenerme. Porque en la pausa descubro que la calma también es una forma de fuerza, y que la libertad se parece mucho a poder respirar sin apuro.
Por eso quiero invitarte, aunque sea por un instante, a probarlo.
Deja tus planes a un lado, aunque sea por un día. Permite que el tiempo se abra sin exigencias. Observa cómo continúa la vida, con sus estaciones, con sus gestos sencillos. Regálate la oportunidad de estar presente.
Porque en lo inesperado, en lo que no se controla, la vida revela lo más valioso: lo que siempre estuvo aquí, esperando a ser visto.
Vuelve a esta reflexión cuando lo necesites: para recordar que la calma es posible, que la fuerza está dentro de ti, y que nunca estás del todo solo.
Patricio Varsariah.