Debería ser delito no ser feliz a cada momento.
Publicado por Patricio Varsariah el lunes, marzo 23, 2015
Desde pequeños estamos acostumbrados a escuchar que tenemos que ser felices y, aunque es un consejo aparentemente obvio y sencillo, lo cierto es que no lo ponemos en práctica. Y quizá la pregunta que deberíamos formularnos es por qué, por qué siempre hay una excusa para estar preocupado o deprimido. Son muchos los expertos que se han lanzado a dar sus particulares recetas de la felicidad, pero yo tengo una lista de tips, que son el resultado de múltiples escritos sobre la felicidad,y creo firmemente que son tan fáciles que es imposible que no te sirvan de guía. Te cuento mis favoritos:
1. Tu felicidad debe ser una prioridad. Debemos tener en cuenta nuestras propias necesidades. Muchas veces anteponemos la felicidad de los demás a la de nosotros mismos, re-legándonos a un segundo plano, lo que sin duda es un error. Poniendo el foco en nosotros mismos, valorándonos y buscándonos, seremos capaces de ofrecer una ayuda de mayor calidad a los demás.
2. Vive el presente. Sí, nos lo dicen siempre, pero nunca lo hacemos. El presente es un milagro, es vida, es lo único que tienes asegurado. Así que deja de hacer grandes planes para el futuro y abandona aquellos momentos del pasado. Vive el aquí y el ahora, aprecia lo que te está dando el mundo a cada momento.
3. Empieza a ser tú mismo. Intentar ser una persona que no eres es una pérdida de tiempo. Cada persona es única y tiene sentimientos e ideas genuinas y auténticas. Saca la mejor versión de ti sin tratar de complacer a nadie.
4. Los errores son buenos. Ver los errores como un fracaso es una profunda equivocación. Sin errores no avanzaríamos y, a veces, ni siquiera nos sirven para avanzar (ya se sabe que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra a veces tres). Valora cada error y grábate a fuego en la cabeza que cada uno de ellos es el escalón que necesitas para éxitos futuros.
5. Ábrete a lo que sientes. No nos escuchamos. Vivimos a un ritmo frenético y no nos paramos a descubrir cómo estamos, cómo nos sentimos. Cuando nos han hecho daño, debemos estar abiertos a contarles a la gente que nos quiere qué es eso que pasa por nuestro corazón, a desahogarnos.
6. Pasa tiempo con gente que merezca la pena. La vida es demasiado corta como para desperdiciar los pequeños momentos, así que no dudes en aprovechar cada ratito que tengas en disfrutar con la gente que quieres o aprecias. Porque esas experiencias que vives con la gente que valoras y te valora te hace sentir más vivo.
7. Dale a tus sueños una oportunidad. Nunca puedes estar 100% seguro de que tus sueños se van a cumplir, pero de lo que sí puedes estarlo es de que no se harán realidad si no lo intentas. Lucha por lo que quieres y toma decisiones que te acerquen a tus metas, porque el hecho de no tomarlas también es una (mala) decisión.
8. Ofrece a la gente la posibilidad de conocerte. A lo largo de la vida, las personas y las prioridades van cambiando. Debemos darle a otras personas la posibilidad de que pasen a formar parte de nuestra vida, sabiendo que nos adentramos en territorio desconocido. Esas personas pueden ser la pieza que dé un giro a tu vida y, si resultan ser nocivas, ya dije antes que no ocurre nada por equivocarse.
9. Date un respiro. Los pequeños breaks nos dan la energía para continuar con más fuerza. Permítete parar, respirar, pensar. El mundo no va a detenerse porque te relajes cinco minutos, de eso no hay duda.
10. Valora la belleza de los pequeños momentos. En lugar de vivir obsesionados con alcanzar la gran felicidad, deberíamos valorar los pequeños momentos: tomarse esa taza de café en la cafetería de siempre, el olor de la comida de tu madre o un apretón de manos de tu compañero. Porque los pequeños momentos son los que marcan la diferencia y los que realmente nos hacen felices.