La vida es un fenómeno enigmático. Está lleno de contradicciones. Puede ser hermoso y feo, significativo y sin sentido, absurdo y profundo. Se puede comprender mirando hacia atrás; pero hay que vivirlo mirando hacia adelante. La imprevisibilidad y la aleatoriedad de la vida pueden ser frustrantes y aterradoras, pero también es lo que le da su belleza y emoción. El absurdo es un movimiento filosófico que explora la tensión entre el deseo humano de sentido y la falta de sentido del universo.

El término “absurdo” se usa en este contexto para referirse al conflicto entre nuestras mentes racionales, que buscan orden y significado, y nuestros deseos irracionales, que a menudo son caóticos y sin sentido.

Enuncio lo que creo que son los conceptos clave del absurdo:
• El mundo no tiene sentido.
• Los seres humanos son criaturas racionales que desean significado.
• Hay un conflicto entre el deseo humano de sentido y la falta de sentido del mundo.
• No podemos escapar del absurdo de la vida.
• Debemos aceptar lo absurdo de la vida y vivir desafiándolo.

Aceptar lo absurdo de todo lo que nos rodea es un paso, una experiencia necesaria: no debe convertirse en un callejón sin salida. Suscita una revuelta que puede llegar a ser fructífera. Un análisis de la idea de revuelta podría ayudarnos a descubrir ideas capaces de devolver un sentido relativo a la existencia, aunque un sentido que estaría siempre en peligro.

En muchos sentidos, lo absurdo de la vida es lo que le da sentido. Destaca la impermanencia de nuestra existencia.

Lo absurdo de la vida no es algo que deba temerse o evitarse, sino abrazarse y celebrarse. Darse cuenta de que la vida es absurda puede ser una experiencia enormemente transformadora. Es un recordatorio de que no somos simplemente observadores pasivos de nuestras propias vidas, sino participantes activos en una gran realidad en desarrollo que evoluciona y cambia constantemente.

Cuando aceptamos que la vida es absurda, somos libres de crear nuestro propio significado y propósito. No estamos atados por las expectativas de los demás o por las expectativas de la sociedad. Podemos explorar verdades más profundas sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea.

El absurdo como filosofía nos empuja a cuestionar nuestra existencia y buscar una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Aceptar lo absurdo de la vida puede conducir a una mayor apreciación del mundo que nos rodea, una comprensión más profunda de nosotros mismos y un renovado sentido de propósito.

Conduce a un despertar de la mente, una nueva perspectiva del mundo y una renovada apreciación de la belleza de la vida.

La vida no tiene sentido, pero vale la pena vivirla, siempre que reconozcas que no tiene sentido. Cuando aceptamos lo absurdo de la vida, podemos dejar de lado nuestras nociones preconcebidas de lo que creemos que debería ser la vida y, en cambio, abrazar lo que es. Puede conducir a un nuevo sentido de libertad para definir nuestra propia existencia. Podemos tomar riesgos y probar cosas nuevas, sabiendo que el resultado es incierto pero que el viaje en sí vale la pena.

Entonces, ¿por dónde empiezo a trascender el absurdo de la vida?

El primer paso para trascender el absurdo de la vida es aceptarlo por lo que es. Necesitamos reconocer que la vida a menudo es impredecible y desafiante, y que no siempre podemos controlar los resultados de nuestras acciones. Sin embargo, al aceptar esta realidad y aprender a vivir en el presente, podemos comenzar a encontrar alegría y satisfacción en las experiencias diarias.

Cultivar un sentido de presencia. En lugar de preocuparte constantemente y vivir en el pasado o el futuro, concéntrate en el presente y encuentra alegría en las cosas pequeñas. Esto puede ser tan simple como disfrutar de una taza de café o dar un paseo por la naturaleza.

Otra forma de trascender el absurdo de la vida es creando nuestro propio significado. Si bien la vida puede no tener un significado inherente, podemos elegir darle significado nosotros mismos. Puede hacerlo estableciendo metas y trabajando para lograrlas, persiguiendo pasiones e intereses que nos traen alegría y construyendo relaciones significativas con los demás.

El significado no se origina en la vida, le asignamos significado a la vida y todo lo que contiene. Nos las arreglamos. También puedes encontrar significado a través de la expresión creativa. El absurdo puede inspirarnos a crear arte, música, literatura y otras formas de expresión que den sentido a nuestras vidas.

Otra forma de trascender el absurdo de la vida es conectarse con algo más grande que uno mismo. Podría ser una fe religiosa, un amor por la naturaleza o un sentido de comunidad.

Finalmente, encontrar significado en tus luchas es una forma significativa de aceptar lo absurdo de la vida. La lucha misma hacia las alturas es suficiente para llenar el corazón de un hombre. Al aceptar los desafíos que enfrentamos y verlos como oportunidades de crecimiento, podemos encontrar un propósito y significado en nuestras vidas, incluso cuando las cosas parecen sombrías.

No hay una forma correcta de trascender el absurdo de la vida. Lo que funciona para ti puede no funcionar para mí. Lo más importante es encontrar lo que funciona para ti y vivir tu vida de una manera significativa.

Reconocer lo absurdo de la vida también es una forma de sobrevivir. Cuando nos damos cuenta de que la vida no siempre es justa o significativa, puede liberarnos de la carga de tratar de encontrarle sentido a todo. 

En cambio, podemos concentrarnos en vivir nuestras vidas al máximo, incluso frente al absurdo.

También podemos acercarnos a la vida con una sensación de asombro, curiosidad y disposición para aceptar los muchos desafíos garantizados que enfrentaremos. No hay una respuesta fácil a por qué estamos aquí o cuál es el significado de la vida. Pero a pesar de todo eso, la vida todavía vale la pena vivirla.

La vida puede ser impredecible y extraña, pero eso no significa que no podamos disfrutar del viaje. No tengas miedo de abrazar el caos y encontrar tu propio camino en este loco y hermoso viaje que llamamos vida.

Saludos.

Patricio Varsariah.