cumplir una mission en la vida
Publicado por Patricio Varsariah el sábado, julio 4, 2015

Viajar, dormir, enamorarse, son tres invitaciones a lo mismo. Tres modos de irse a lugares que no siempre entendemos.El destino, al igual que todo lo humano, no se manifiesta en abstracto sino que se encarna en alguna circunstancia, o en un nacimiento pobrísimo en los confines de un imperio.
Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades sino que nos están misteriosamente reservados.
¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino, como si hubiéramos pertenecido a una misma organización secreta, o a los capítulos de un mismo libro!
Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los buscaba porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino.Pero no creo en el destino como fatalidad, como en la tradición griega, o en nuestro tango: "contra el destino, nadie la talla".
Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los buscaba porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino.Pero no creo en el destino como fatalidad, como en la tradición griega, o en nuestro tango: "contra el destino, nadie la talla".
Porque de ser así, ¿para que les estaría escribiendo?
Creo que la libertad nos fue destinada para cumplir una misión en la vida; y sin libertad nada vale la pena...
Así fue como nos encontramos: un poco buscándote, un poco buscándome hilos del tapiz universal que se hicieron visibles,en la brevedad del tiempo dos fugaces tornados, travesando el cielo tal vez un pequeño gran premio que la vida nos tenía reservado un entramado de luces diamantinasm que se abrigaron mutuamente en algún cruce del camino helado