cuando tengo un día malo
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, agosto 2, 2017

La lección de hoy : Días buenos y días malos. Tanto como a muchas personas yo también tengo momentos en los que me siento triste, cansado e incluso solo. Vamos, lo que comúnmente se conoce como “tener un mal día.” Aun siendo una persona muy estable emocionalmente, no he sido capaz de eliminar por completo esos momentos de bajón. Lo que sí he hecho, sin embargo, es desarrollar estrategias para que duren y me afecten lo menos posible. A continuación quiero compartir con vosotros algunas ideas que me ayudan cuando tengo un día malo y que quizá te puedan ayudar a Ti si tienes un mal día y te encuentras un poco off.
1. Acepta tus emociones.- A nadie le gusta estar triste o deprimido, pero si así es como te sientes lo primero que debes hacer es aceptar esas emociones. No estoy diciendo que tengan que gustarte ni resultarte agradables; simplemente que sepas que están ahí y que no las resistas. Es decir, si te sientes triste, no empieces a pensar en que deberías estar súper contento o en lo mucho que te gustaría estar feliz. Estás triste y punto. No le des más vueltas. Observa tus emociones como lo que son: emociones. Son algo normal y temporal, como nubes que cubren sol y que acabarán desapareciendo. ¡No les des tanta importancia cuando tengas un mal día!
NOTA: La meditación es una práctica muy útil para entender que nada es permanente y aprender a no reaccionar.
2. Actúa a pesar de cómo te sientas.- ¿Alguna vez te ha pasado que estabas apática/o y no tenías ganas de hacer nada absolutamente nada ni ir de compras.., pero a pesar de todo acabaste yendo y después te sentías con ganas de comerte el mundo?. Eso es porque la mejor manera de cambiar tus emociones es haciendo algo. Muchas veces se nos olvida que podemos elegir; que podemos actuar aunque no nos sintamos pletóricos. Yo siempre me pregunto : ¿Prefieres estar deprimido mientras te sientas en tu habitación dándole vueltas a la situación, o estar deprimido mientras limpias tu casa o acabas tu proyecto? Puede que al terminar siga estando deprimido, pero al menos tendré una casa más limpia.” El actuar a pesar de cómo te sientes es como un músculo. Cuanto más lo ejercitas, más fuerte se hace.
A mí me gusta pensar en las emociones negativas como una niebla que no te deja ver. Puedes quedarte quieto y esperar a que termine, o caminar a través de la niebla y llegar al otro lado. Al principio cuesta trabajo y da un poco de miedo, pero según vas conociendo mejor el terreno y adquiriendo experiencias positivas se va haciendo más sencillo. El problema nunca son las emociones, sino cómo reaccionamos ante ellas. Lo grave no es estar triste, sino no presentarte a un examen o encerrarte en tu casa porque estas triste. Recuerda que no eres tus emociones, así que no dejes que dicten tu vida.
3. Presta atención a lo fundamental.- Hoy tuve un mal día, no sé por qué será. ¿Alguna vez te has hecho esa pregunta o te has quedado con esa duda? Si has tenido uno de esos días en los que todo te cabrea y estás decaído, seguro que sí. Lo más curioso es que, analizando los días en los que he dicho eso o algo parecido, me he dado cuenta de que cuando tengo un mal día en el 95% de los casos el motivo es que he descuidado alguno de los aspectos fundamentales de mi vida: alimentación, ejercicio o sueño. Quizá esto te parezca obvio, pero si sólo dormiste 3 horas la noche anterior es normal que estés de bajón. Si además de dormir sólo 3 horas te alimentas mal o comes lo que no debes o no tomas tus medicamentos, no estás de bajón, estás de resaca.
Por eso, siempre que te sientas mal, empieza por hacerte estas preguntas: ¿Estoy comiendo suficientes frutas y verduras? ¿Estoy bebiendo suficiente agua? ¿Estoy evitando el azúcar, las harinas refinadas, la cafeína y el alcohol? ¿Estoy haciendo ejercicio? ¿Estoy durmiendo 7-8 horas al día o estoy mirando la televisión hasta las 2 de la mañana?
Por eso, siempre que te sientas mal, empieza por hacerte estas preguntas: ¿Estoy comiendo suficientes frutas y verduras? ¿Estoy bebiendo suficiente agua? ¿Estoy evitando el azúcar, las harinas refinadas, la cafeína y el alcohol? ¿Estoy haciendo ejercicio? ¿Estoy durmiendo 7-8 horas al día o estoy mirando la televisión hasta las 2 de la mañana?
Si alguna de tus respuestas es NO, debes equilibrar ese área lo antes posible. Prepárate una ensalada, bébete un par de vasos de agua, sal a correr o échate la siesta. Haz lo que tengas que hacer, pero nunca descuides lo esencial.
Un abrazo de corazón a corazón