Debemos seguir teniendo esperanza, por que es ACEPTAR los designios del destino aunque no los entendamos, aunque no nos gusten. 

Si tuviéramos la capacidad de ver el fin de nuestro camino desde el principio, entonces podríamos saber por qué a veces ese camino nos conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos.Tener fe es DAR cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos. La esperanza siempre saca algo valioso de lo aparentemente inexistente; puede hacer que brille el tesoro de la generosidad en medio de la pobreza y el desamparo, llenando de gratitud al que recibe y al que da.

Es CREER cuando resulta más fácil recurrir a la duda. Si la llama de la confianza en algo mejor se extingue en nosotros, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros.

Es GUIAR nuestra vida no con la vista, sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no se pueden ver, ni siquiera palpar, sólo se pueden acariciar con el espíritu.

Tener fe es LEVANTARSE cuando se ha caído. Los reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más triste quedarse lamentándose en el frío suelo de la autocompasión, atrapado por la frustración y la amargura.

Es VER positivamente hacia adelante, no importa cuan incierto parezca el futuro o cuan doloroso el pasado. Quien tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana y trata de vivirlo de tal manera que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.

Es ARRIESGAR todo a cambio de un sueño, de un amor, de un ideal. Nada de lo que merece la pena en esta vida puede lograrse sin esa dosis de sacrificio que implica desprenderse de algo o de alguien, a fin de adquirir eso que mejore nuestro propio mundo y el de los demás.

Tener esperanza es CONFIAR, pero confiar no sólo en las cosas, sino en lo que es más importante… en las personas. Muchos confían en lo material, pero viven relaciones huecas con sus semejantes. Cierto que “siempre habrá gente que te lastime y traicione tu confianza, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso en quien confías dos veces

Es BUSCAR lo imposible: sonreír cuando tus días se encuentran nublados y tus ojos se han secado de tanto llorar. Andar por fe es que no dejes nunca de desnudar tus labios con una sonrisa, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes cuando tu sonrisa puede dar luz y esperanza a la vida de alguien que se encuentre en peor situación que la tuya.

Tener esperanza es CONDUCIRSE por los caminos de la vida de la forma en que un niño toma la mano de su padre. La fe es la certeza de lo que se espera, es una gracia, un don,una determinación de lograr las metas personales,una convicción de que algo es. Sin embargo, creer es un acto auténticamente humano, que no es contrario a la inteligencia ni a la libertad del hombre.

Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la humanidad.

Saludos.

Patricio Varsariah
No puedo enseñarle nada a nadie, solo puedo hacerles pensar.