Esta noche me cuesta dormir y eso que debiera descansar más que otras noches, y cansado de dar vueltas y vueltas comencé a escribir sobre los caminos que tomamos en la vida son, sin duda, de lo más incierto, y justo por eso es una aventura tan maravillosa.En ocasiones se requieren ciertos ajustes, como para poner a prueba esa capacidad de adaptación, supervivencia y superación. Si no fuera de esa manera, ya no existiríamos como raza.
Cada uno da sus pasos de vida de la mejor manera en que puede y sabe, y si el asunto no se lleva bien, antes o después, y de una manera o de otra, en esos caminos van apareciendo cruces, variantes. Todo nos parece mas o menos en su orden natural , sin importar la cantidad de disparates que podamos acometer, hasta que hay un cambio trascendente que te hace ralentizar y priorizar.
Algunos no saben verlo, con lo que el bacatazo será de órdago, pero sin duda, suele transformar a ese ser humano devolviéndole gran parte de esa humanidad olvidada o trascendida. Cada día es una nueva aventura, de la que no sabemos nada y jugamos a conocer incluso el final, y así nos va. Cada día es un milagro y nos parece de lo más normal... Hasta que se paran las agujas del reloj y todo queda en suspenso.
No sabemos cuándo nos tocará marchar, pero al menos podemos decidir cuán espléndidos somos con la vida, segundo a segundo y eso es lo poco y mucho que nos llevaremos.