Llevo unos días pensando en algo, porque es una tónica en facebook, y consiste en compartir fotos de mensajes que contienen más o menos esto "que no hablen mal de mí, que primero se pongan en mi piel y recorran mi camino, para saber qué soy así" y me llama la atención, porque ¿será que acaso los que los ponen no lo hacen igualmente aunque sólo sea con una persona?  Entiendo que mucha gente usa el facebook para lanzar mensajes a quienes les molesten, pero entonces quítenlos de su lista de amistades, o más coherente, "una seria y madura conversación para dejar las cosas claras y sentadas". Puede que nos cueste más o menos, pero la vida acaba propiciando la circunstancia en cuestión, lo digo por experiencia.

Acerca de mi mundo oculto, que ya no lo es tanto, (a base de mirarse y sanarse deja de ser tan oculto y se va llenando, de a poquito, de más serenidad, de más aquí y ahora), siempre he querido y creo haberlo conseguido , ser transparente, no dejar nada por mostrar y sentir el mundo intensamente, cada acto, cada situación, a cada ser humano. Todos habitamos el mismo planeta, pero ¿por qué a unos se les hace tan pesado y a otros tan ligero? Todos llevamos cargas a la espalda y tenemos situaciones que resolver y a través de las cuales transitar, pero todo depende de la actitud interior: simpleza y naturalidad. No es simpleza de tonteó, de bobería, sino de vivir y sentir cada instante, simplemente y llanamente eso, sin complicaciones, en esa banda tan natural, sin pretender nada de lo que no es, y NATURALIDAD, envolverse y dejarse llevar por cada precioso momento que ofrece la vida misma y la naturaleza.

Los colores del atardecer y del amanecer todos los percibimos igual a través de los ojos, para unos pueda ser música, para otros nada, y para otros tedioso. Decido conectar, siempre y sólo, interior con exterior y viceversa, una relación en ambos sentidos, y el nutrimento es incesante, como el agua que discurre por un río, caudal lleno e ininterrumpido.

Desde hace unos días quiero hablar de un tema, y ahora, a colación de los mundos ocultos, aprovecho la ocasión, porque bastante tiene que ver con ello: seres humanos a los que la vida no se los ha puesto fácil en absoluto, y que en ocasiones la balanza ha estado demasiado inclinada al desánimo, e incluso en contra de la vida, pero que han sabido sacar esa fuerza interior maravillosa para seguir adelante. A todos ellos, ánimo, aunque cada paso que tengan que dar se haga muy muy difícil, sientan y piensan que no están solos, que para empezar se tienen a ustedes mismos, y luego , aunque sea, habrá un ser humano, o tal vez un animal, perro, gato… que estén conectados con ustedes y les sirvan de esperanza.

Antes que mencionaba los amaneceres y atardeceres, úsenlos para darse mayor fuerza vital, porque contienen una energía especial, porque la respiración pausada y acompasada que nos permitimos en ellos, abren la puerta directa al interior sincronizado de nosotros mismos, y la sincronización interior es la llave de la fuerza interior. No se agobien con dar muchos pasos, y concéntrense sólo en cada paso específico, sin prisa, primero un pie y luego el otro.. primero nos despertamos, notamos el calor que desprende el cuerpo en la cama, calentito, y lentamente nos incorporamos. 

Sintamos que tenemos suerte de haber despertado un día más, y fluyamos, o sea, sin pretender nada, sino sólo viviendo acompasados, hasta que se cierre el día. No se agobien con las situaciones antes de que lleguen, porque aunque pueda pasarnos a todos, a los que la vida les pende de no sé sabe qué y caminan aplastados por su dolor, hace falta infundirles mucho más coraje y ánimo.Y en ciertas ocasiones se junta todo a la vez, e incluso respirar puede hacerse arduo, o al menos parecérnoslo. Dense calma, paciencia, cariño y toda la comprensión que puedan darse a ustedes mismos, pero si esto no es posible, acudan a ese sitio, a ese momento que puede dárselo. 

Creo que todos los seres humanos tenemos aunque sea un solo momento o situación que nos empuja a seguir adelante, quién sabe, atardecer, amanecer, una flor abierta, los pájaros en movimiento, el viento, la respiración… cualquier cosa que sirva para conectarte de manera natural y les ayude a continuar con ese trance interior que se ha convertido en el abismo de sus vidas, en el paso infranqueable… pero recuerden esto bien claro siempre, no hay nada, NUNCA, lo suficientemente infranqueable, ni lo suficientemente profundo, sólo basta hacerlo, sólo depende de nosotros mismos. Dense cuenta que no se logra en un abrir y cerrar de ojos, que harán falta unos cuantos resplandores del sol y de la luna, pero podrán hacerlo. Intenten abrir espacio dentro de ustedes, aunque sea un minúsculo filo, para agarrarse a él y timonear el bote hacia tierra firme.

Y para los que ya pasaron por esto, pero que aún quedan heridas abiertas como banderas ondeando al viento, les digo lo mismo, y más aún, ÁNIMO, porque ya pasaron, ya recorrieron la parte más oscura y desconocida. Asiéntense en esa nueva realidad que les otorga un nuevo rayo de luz y esperanza.  Habrá momentos de desánimo, pero ya no les vencerán la partida. Un consejo: busquen y lleven a cabo una actividad que les llene, que les colme, que los transporte hacia la calma sosegada que ya poseen pero que se les atasca, que se esconde una y otra vez, porque realmente quiere que lleguen a ella, pero tienen que sentirla en lo más hondo para reclamarla con certeza.

Vivir es una maravillosa aventura que no precisa de nada especial para ser sentida y experimentada. En todas las ciudades hay parques que tiene flores, palomas, pájaros, se ven las nubes, y habrá niños: todo esto es reclamo o enganche mas que suficiente para seguir adelante, para apreciar el potencial de estar plantado en este planeta. ¿y qué pasa si necesitan hablar, contar con alguien y no tienen con quién? Se me ocurren ciertas ideas.  No soy cristiano practicante, por lo que no voy a misa ni creo, pero se me ocurre que a último remedio un pastor, o un cura es alguien que puede escucharnos sin hacer juicios, o hablen consigo mismos, y dense ánimos, y si pueden escriban, y redáctense una carta con todo lo que les está pasando y no pueden afrontar, e incluso respóndanse a ver qué le dirían a alguien en esas circunstancias.

Durante gran parte de mi infancia y adolescencia me sentí tremendamente solo porque no tenía en mi familia nadie con quien pudiera compartir, quien pudiera entender estos sentires ni inquietudes, esta manera de moverme por la vida, al compás de todo, y mi respuesta fue la de volcarme al mundo exterior y convertirme en mi propia luz para salvarme de aquel naufragio. Con lo que de algún manera, sé que se siente, que puede experimentarse, ¿sería quizás por eso que de manera inconsciente empecé este apasionante sendero de la escritura? A saber, otras de esas incógnitas, otra de esas pasiones.

Y también sé, porque las puse en marcha diferentes maneras y estadios de llenar por completo el interior, sin que faltara de nada a nivel emocional. Pero me hizo falta comprenderme integralmente para sanar todo aquel proceso y no tener pena por mí mismo, para verter luz sobre aquella soledad y que dejara de ser algo agazapado por dentro… y ha sido de adulto que lo he conseguido por completo, y en ese trance la meditación me ayudó a comprenderlo, a conseguirlo, a verlo, a sacarlo de dónde lo tenía absolutamente escondido y encerrado para no verlo, para no llorar más. Al sacarlo, al volver a encontrarlo a la luz de la conciencia, me sacudió nuevamente y quiso instaurarse la confusión, el miedo… pero a base de tesón, energía y muchísimo cariño lo he sanado.

Ahora cuando recuerdo mis años de infancia y adolescencia, ya no hay una marca, un estigma por haberme sentido un extraterrestre en medio del desierto o de un iceberg, ya no añado calificaciones. Intento buscar la manera de explicárselos, y ahora me doy cuenta de algo nuevo: no hay palabras que ponerle, porque he dejado de fijarlo en mi mente o mi corazón, lo dejé partir al viento, libre como un pájaro, le di las gracias por todo lo que me dio, porque a saber si tendría esta determinación, energía, alegría natural y entusiasmo sin aquello, a saber qué alientos se da uno para salir o transitar las adversidades… Sólo dejo todo esto escrito para quien pueda servirle.