Cada día le resulta más difícil al ser humano comunicarse con las manos para expresar lo que la mente y el corazón, puede transmitir a los seres que ama. Por eso muchas veces nos preguntamos, ¿solos o en compañía? Esta elección natural y perfectamente comprensible, hace transformarse nuestras noches más oscuras en otra alternativa nada tranquilizadora: ¿aislado o dependiente? El medio de comunicación quizás más eficaz de todos es el lenguaje universal del tacto, (que hoy debido a las altas tecnología está bastante descuidado).

Reconozcamos que nuestras manos son como dos remos que se enfrentan a la vida, las cuales brotan del corazón; Sí es cierto que sirven para trabajar, pero no es solo ese su cometido; estas irrumpen a través de los brazos, saltan, dan palmas, acarician, etc., desembocando sobre aquella herida o alegría que nos abraza nuestro interior.

Las manos son las herramientas del alma, con ellas emitimos a veces mensajes que nos transmite el alma y como decía anteriormente a veces de alegría o de dolor.Estrechar una mano amiga es encontrar una fuerza para hacer realidad muchos sueños, es como encontrar un camino, con la certeza que ellas nos guiarán hacia un camino seguro. Cuantas veces alisan asperezas, conjuran aquellos desvelos de una mente dormida y olvidada, haciendo que esos presagios inquietantes no lleven cuenta de nuevos desamparos.

La misma mano que hoy luce una alianza, mañana es capaz destruir el amor y la confianza que durante toda una vida estuvieron unidas.

A veces juntamos las manos para abrazar la brisa que se escapa con la pasión; es cuando nuestro corazón se encoge debido a una despedida irremediable la cual nunca volverá. En cierta ocasión, me preguntaron: ¡me gustaría ver tus manos! Mi curiosidad me decía ¿por qué? Posiblemente, ¿desearían descubrir algún sentimiento oculto de carácter erótico?

Expresando todo estos conceptos de otra forma, ya es tiempo que las apartemos de la vida digital, volviendo a la vida real, para encontrar ese contacto físico que todos necesitamos. Es lo único que nos queda a través de nuestras manos y que ahora tenemos, porque un día esas caricias ya nunca existirán. ¡Sí, llegará algún día que estas manos ya no podrán moverse, ni saludarte, ni decirte adiós! ¡No, ya jamás podrán acariciar al ser querido, puesto que estas, han iniciado el camino hacia la eternidad!

A veces callando, nos lavamos las manos, pero nos ensuciamos la conciencia.

he dicho..

Patricio Varsariah.


He aprendido a no intentar convencer a nadie. 
El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro.