19 de Octubre Día Mundial del Cáncer de Mamas
Publicado por Patricio Varsariah el viernes, octubre 19, 2018

Todo empezó
cuando me descubrí un pequeño bulto en el pecho. Lo primero que
pensé es que era un quiste sebáceo sin importancia, pero decidí
consultárselo al médico del centro de Salud. En el hospital me
dijeron que no era nada, que me olvidara. Pero yo no podía
olvidarme, el bulto seguía allí y aunque me sentía bien consulté
con otro médico. Por segunda vez, me dijeron que no tenía
importancia.
Seis meses más tarde decidí ir a un cirujano para que
me lo extirpara y acabara con aquel bulto molesto de una vez por
todas. Entonces es cuando llegó la sorpresa. El análisis de la
muestra reveló que era un tumor de mama maligno». Me molesta mucha
recordar el rosario de especialistas que me examinaron sin que
ninguno llegara a sospechar que un varón también podía tener
cáncer de mama. Yo hice lo que tenía que hacer como paciente.
Consulté con un médico, no solo una sino tres veces. Y, pese a mi
insistencia, mi diagnóstico se retrasó un año.
Hoy estoy vivo
después de un tratamiento muy duro, pero no sabemos lo que podía
haber ocurrido si me hubieran tratado a tiempo.
El cáncer de
mama masculino es una rareza clínica. Por cada cien mujeres, apenas
hay un varón afectado. Es una enfermedad tan femenina que el rosa
sigue siendo el color que tiñe las campañas de prevención y es
fácil que se escape a la sospecha de médicos no especializados. Se
han hecho tantas campañas de concienciación, que no hay médico que
no se alerte ante la presencia de un bulto anómalo en el pecho de
una mujer. En cambio, en el varón, la primera sospecha casi siempre
es un cúmulo de grasa.
¿Debería ponerse ahora el acento en
el varón? «Tengo mis dudas. Creo que hay que seguir haciendo el
esfuerzo con mamo-grafías y campañas de cribado en las mujeres,
donde los casos siguen creciendo. O en programas para prevenir el
cáncer de pulmón o colon con un gran número de afectados. Sin
embargo, se debe divulgar el mensaje de que a los hombres también
les puede ocurrir y que ante la aparición de un bulto sospechoso
deben consultar con el médico.
En su consulta, como en la
mayoría de las unidades de mama, los hombres suelen ser los
acompañantes, no los pacientes. Cuando les toca cambiar su papel, lo
viven sobre todo con extrañeza. Ningún hombre piensa que pueda
tener esta enfermedad y algunos incluso como un ataque a su
virilidad. A mí no me afectó en absoluto. Estoy muy seguro de mi
masculinidad. He tenido un cáncer de mama, pero podía haber sido de
un mela noma o cualquier otro tumor. Lo de menos es al órgano al que
afecte. Eso era irrelevante, nunca sentí en la necesidad de ocultar
nada. Mis amigos y compañeros de trabajo lo sabían. No he tenido
nunca ningún tabú.
Lo que sí era relevante era la
enfermedad. La angustia es la misma con cualquier cáncer, ya sea de
próstata, de piel o de mama. El tratamiento fue como una maratón.
Intenté seguir adelante con mi vida, seguí trabajando, haciendo mi
vida. Por la mañana me ponían la “quimio” y, por la tarde, me
iba a trabajar. Ya estaba medio calvo he perdía rápidamente el
pelo, antes de empezar el tratamiento, así que hubo compañeros que
ni se enteraron de que estaba enfermo.
Este es mi carácter, no
quiere decir que no fuera duro ni que todo el mundo pueda llevarlo
así. Lo mejor de esta historia es que me pasó a mí y no alguna
mujer de mi familia. Si le hubiera ocurrido a alguna de ellas,
probablemente no lo hubiera podido superar.
Por retraso en el
diagnóstico o por desconocimiento, la mayoría de los varones acuden
tarde al oncólogo. En general, el cáncer suele detectarse más
avanzado que entre las mujeres. Eso no significa que fallezcan más
porque la estadística indica que la supervivencia es similar.
Nada
es muy diferente entre hombres y mujeres. La patología es la misma y
el diagnóstico, manejo y tratamiento debe ser el mismo. La única
diferencia sustancial es que en el caso del varón no se hacen
cirugías conservadoras, la mastectomía (extirpación de la mama)
siempre es radical. Después, como en la mujer, el tratamiento
oncológico se decide tras comprobar si existen mutaciones genéticas
como la del gen BRCA2, si hay antecedentes familiares, si el tumor es
hormonodependiente, en definitiva tras conocer el tipo de tumor de
mama.
Los fármacos son los mismos, aunque todos los ensayos clínicos
para demostrar su eficacia se han hecho en mujeres. Creo que hacer un
ensayo clínico exclusivo con hombres es un concepto muy interesante,
pero creo que seria poco práctico. creo costaría mucho reclutar a
pacientes porque hay muy pocos.
Lo que sí recomiendo a los
varones es hacer un estudio genético para saber si son portadores de
una de las mutaciones genéticas conocidas para el cáncer de
mama.
Patricio Varsariah.