Hoy es NAVIDAD, donde todo se cubre de un halo de misterio y sensibilidad, las nostalgias fluyen sin más y nos acurrucamos en el seno del recuerdo; a su vez fabricamos nuevas esperanzas. Cada diciembre me hago la misma pregunta ¿cuál es la navidad perfecta? Entonces, la luna de nochebuena me cuenta de nuevo el secreto, —no tan secreto—. Lo perfecto no existe: simplemente nos dejamos abrazar por la memoria, le damos la bienvenida, con una alocada sonrisa, y otras tantas agridulces. El corazón se colma de gratitud, es el ritual del tiempo: Compartir la misma sensación con el paso de los años. El reloj, no da marcha atrás... las ausencias son ya presentes por siempre junto al deseo de otros sueños. Son como una nana en medio de una tormenta. Nanas para dormir... Nanas para soñar... 

Que la felicidad se enamore de ti; y junto a ti se quede, a vivir la vida; y en tu mirada, deje su luz; para que tu sol, brille todos los días; y en tu voz, ponga su voz; y en el viento de la noche, tu sonrisa; y en tus manos el calor, para hacerlas instrumento de caricias; y en tus pies ponga el valor; y en tu corazón, la dicha. 

¡¡Feliz Navidad!!