No debo nunca olvidar que¡nadie está obligado a amarme!.Pensamos que debemos estar atados a personas que nos han dado amor en algún momento, pero realmente no es así, ellas tienen derecho a dejar de amarte al igual que tú. En el amor no necesitas migajas, quien me ame lo hará a manos llenas, porque el amor es infinito como el universo mismo y no impone condiciones, quien las ponga por igual no me ama. El amor no se ruega ni se exige. Hay que saber perder. y llevarse el dolor a otra parte y procesarlo.

Muchas veces vivimos compadeciendo y siguiéndoles su jueguito de confusión y víctima porque yo entiendo por lo que está pasando. No creas los cuentos de una infancia difícil ni nada por el estilo. Por favor, no quieras intranquilidad, dudas y desprecio envuelto en explicaciones sin sentido. Mereces un ser que sepa qué tiene al frente, que te valore y se esfuerce cada día por ti. Deja ya de romperte las uñas por algo que probablemente no va a ser tan bueno como tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que mereces con un ser que si te quiera.

Hay personas que no han recibido amor ni siquiera de sus padres y saben amar. Hay otras tantas que buscan el amor y no se dan cuenta que ya existe quien las aman desinteresadamente; el amor no tiene la coerción ni siquiera de obligar a que sea correspondido. Todos, en algún momento de la vida, vivimos un amor no correspondido y qué se le va a hacer. Nada, seguir adelante. A veces encontramos personas que nos aman sin ni siquiera pedírselo, son personas amorosas sin poner condición alguna y nos aman a manos llenas, ¡eso es amor! El que nace y perdura sin esperar nada, sin pretender, sin exigir, sin demandar...

Cuando el amor se convierte en una prisión o se opone a los propios valores o derechos; es hora de replantearse la relación, porque puede convertirse en un vínculo enfermo. No existe un ser perpetuamente asustado o confuso. Tampoco existe trágicamente afectado por el pasado, ni necesitado de ayuda para decidirse. En cuestiones de amor los seres se dividen solamente en dos categorías: los que te quieren y los que no. ¡El resto es una excusa!

Y creer que porque alguien ya no te ama el mundo se termina o nadie más te amará o no podrás vivir, son engaños de tu mente. Claro que podrás seguir adelante, al principio tal vez cojeando pero luego caminando con normalidad. Cuando se está desolado tras la ruptura de una relación amorosa, resulta difícil creer que algún día uno pueda llegar a encontrase mejor. Pero esos sentimientos van perdiendo intensidad gradualmente. A la larga, uno se recupera y sigue adelante, iniciando nuevas relaciones y teniendo nuevas experiencias. En ocasiones infinitamente mejores.

Mírate caminar, estás para que te amen. Que se rompan las ventanas cada vez que pasas cerca y se hagan grietas en el piso con los zapatos que tocas, para que piensen en ti cuando se apagan las luces y seas el primer deseo que alguien pida al despertar. Mírate bien, no estás para que te engañen, ni que te quieran a medias. No estás para ser segunda opción.

El amor es un sentimiento tan fuerte que hace arrancarle lágrimas de felicidad al más fuerte y enorgullecerse al más noble. Nos hace sentir grandes, impetuosos, inigualables, únicos, sobre todo eso, únicos e indispensables, para la persona amada y ella para nosotros. Pero el amor de pareja es cosa de dos. En el amor siempre vivimos el peligro de enamorarnos de la persona equivocada. Hay que aceptar la realidad de la vida y como mismo es cierto que hay amores que nunca terminan, almas que se pertenecen, incluso a pesar del tiempo, de la distancia y las circunstancias... también es cierto que cuando un te quieren lucha contra viento y marea por ti, no pierde su tiempo es excusas. Esa es una verdad como un templo. El amor no es ciego, el amor te ciega. Es la cruda verdad.

A veces nos dejamos llevar por las palabras cuando en realidad cuentan más los actos. Te pueden decir “te quiero” todos los días y eso está muy bien. Pero el amor hay que demostrarlo con pequeños gestos diarios. Es difícil entender; si es que alguien lo puede entender, por qué una persona finge querer a otra, pero el caso es que pasa con frecuencia.

No me molesta si la persona de mi interés no me corresponde o lo hace en menor grado a mi expectativa, recuerdo que nos hacemos ideas, ilusiones en exceso a la realidad circundante, pues nosotros mismos evocamos, soñamos con algo que es un ideal, y ya eso es imaginación. Nos decepcionamos cuando nuestra esperanza excede de nuestra realidad. Que mi necesidad de atención no exceda al punto de, demandar afecto de algo que no me corresponde porque el amor no es obligación.

Voy a hablar claro. No necesito a alguien que no sabe lo que quiere, que no ve lo mucho que valgo, que no ve todo lo que puedo aportar a su vida. Mi amor es algo muy valioso así que no me desvivo para dárselo a quien no lo quiere, no me enamoro de estar enamorado, avanzo. Avanzar significa asumir el desamor y no estereotiparlo porque han sido ingratos conmigo, tal vez no era el momento ni la persona adecuada, cuando pasa... ¡pasa! No tengo control sobre ese sentimiento; uno a veces se enamora sin darse cuenta y le toca asumir toda la carga que implica no ser correspondido, pero la vida misma te enseña a superarlo. ¡Nadie está obligado a amarte!

Por sobre todo,no espero ser especial para otra persona que no sea Yo mismo. Si para mi, soy especial, lo seré para el resto. No busco, ni exijo ser algo especial para otro, si primero no lo soy para mi mismo. Cuando uno entrega amor, desea recibirlo. Pero no siempre es así. ¿Qué sucede cuando no lo recibes? ¿Qué pasa cuando el otro te falla? Muchas veces uno lleno de esperanza continua luchando y se vanagloria al decir: a pesar de todo estamos juntos... ¡Juntos si! ¿Pero felices? Que sucede cuando te das cuanta que has amado más  que a ti, porque nunca pusiste limites, porque siempre tuviste esperanza...?