.. ¡En la raíz siempre está el yo!
Publicado por Patricio Varsariah el miércoles, marzo 18, 2015
Pensar que mañana seguiré aquí es una muestra de arrogancia extraordinaria. ¿Quién puede dar por sentado que mañana seguiré aquí? ¿Acaso nos lo merezco? Pero lo más hermoso en que, aun sin merecerlo, disfruto de ello. Ésa es la gracia. Aunque no me lo merezco, disfruto de ello... hasta que deje de disfrutar.
Siempre estamos viendo esto por última vez. Nunca podemos estar seguros de contar con otro instante. Esto es precioso y frágil. Siempre es la última vez que verás la silla, la última vez que verás el techo y la última vez que verás la alfombra. Siempre es la última vez que verás tus manos. Y ésta siempre será tu última respiración al final del camino.
¡Qué malo, Dios mío, he sido! ¡Qué cosas tan feas he hecho con mi vida! ¡Cómo me enfadado con los demás! ¡Cuánto les he juzgado! ¡Pero la gracia es que, aunque no lo merezco, esto está, no obstante, aquí! ¡Un auténtico regalo!
No nos merecemos esto. Esto es un regalo que se nos da independientemente de lo que hayamos hecho, independientemente de lo que hayamos logrado o dejado de lograr e independientemente de lo que creamos o dejemos de creer. No somos nada pero, en este mismo instante, se nos ofrece todo. Todo lo que necesitamos. ¡Qué arrogancia pensar que merecemos más! En la raíz de toda búsqueda espiritual está la arrogancia, el narcisismo y el ego. ¡En la raíz está el yo! ¡En la raíz siempre está el yo! ¡Yo me merezco esto! ¡Yo me merezco aquello!
Ahí es donde empieza todo, en el yo. Yo Yo quiero. Yo necesito. Ese "yo", esa persona, que tan sólida y real parece, no está presente en el sueño profundo sin sueños. Ahí sencillamente no hay persona, deseos, objetivos ni necesidades. Es por esto por lo que toda búsqueda se asienta en el vacío, toda búsqueda carece de fundamento, es un mero castillo en el aire.