Soy un jirón de una nube de otoño que vaga inútilmente por el cielo. ¡Sol mío, glorioso eternamente; aún tu rayo no me ha evaporado. Aún no me has hecho uno con tu luz! y paso mis meses y mis años alejado de ti.

Si éste es tu deseo y tu diversión, ten mi vanidad veleidosa. Píntala de colores, dórala de oro, échala sobre el caprichoso viento, tiéndela en cambiadas maravillas. Y cuando te guste dejar tu juego con la noche, me derretiré, me desvaneceré en la oscuridad; o quizás, en una sonrisa de la mañana blanca, en una frescura de pureza transparente.