... hay que aceptar y vivir irremediablemente
Publicado por / Saludos : Patricio Varsariah el domingo, octubre 19, 2014

Cuando perdemos a un ser querido.el dolor es tan intenso que nos parece que nuca va aliviar, pero no nos damos cuenta de que la vida es muy sabia y al mismo tiempo muy cruel, y ella nos hará recordar que a pena somos un minúsculo grano de arena en este mundo. De esta manera pasan los días y recordamos más aquellos momentos vividos, en que un día éramos felices juntos, y ahora ya nunca será posible.
Ciertamente es un camino doloroso. Así día a día, seguimos preguntándonos; ¡por qué! Pero pronto la respuesta nos hace entender; “no seas necio”. ¡Es que debe ser así! Y así se ha cumplido. Cada día seguimos preguntándonos: “si hubiera tardado algún tiempo más, cuantas cosas hubiéramos vividos juntos”. Olvidar no es fácil y el camino que nos queda a seguir es bastante doloroso. Es como estar pagando una penitencia, que nunca tiene fin.
No debemos pensar que con los días las penas se van, no es así, es como un proceso que continuamente hay que aceptar y vivir irremediablemente Hay días que afluye la rabia, la pena, la resignación, pero al final ¡más pena aún! A través de la razón, el instinto y la reflexión, podemos llegar al equilibrio existencial, el cual todo humano posee, y solo éste nos hace vivir en paz y en armonía.
A veces necesitamos recordar, pero no con la memoria cerebral sino con el ser que llevamos dentro; es el que nos hace regresar a la calma y a la serenidad. Ir superando ese triste suceso es un proceso de ajuste emocional que solo el tiempo es el mejor aliado para sentirnos mejor y cuando esto sucede, debemos aprender a aceptar la nueva vida.
El tiempo suele marcar un proceso natural por el que debemos transitar, se trata de ir viviendo un día solamente, sin pensar en el siguiente y así sucesivamente. Solo nos queda su sonrisa de paz dormida en nuestros recuerdos, y el corazón nos dice que por mucho esfuerzo que hagamos, jamás podremos olvidarle, sabiendo que le hemos perdido para siempre. Sólo lo que se pierde es adquirido para siempre.
Mi pregunta es: ¿Qué debemos hacer? Sí, no hay más solución que seguir el camino elegido y caminar con la esperanza de que todo irá relativamente bien. Ahora notamos que los días son diferentes y nuestro aliento aunque parezca igual, se desvanece con el paso del tiempo. Entre la razón y el sentido, parece que todo debe encontrar un lugar para el traslado de los sentimientos internos, aunque el corazón, cuántas veces se apresura y es entonces cuando el dolor y la nostalgia invaden nuestro ser.
Es imposible no sentir la ausencia durante fechas importantes. No es posible no recordar los lugares en que juntos hemos vividos, a través de momentos inolvidables juntos a los familiares y los niños. En el silencio de la noche, cuando todo se cubre, es cuando mejor vemos su imagen, recordando una larga historia de amor. Es como una crónica que puso fin a la vida de ese ser querido, pero que se mantiene vivo en nuestro pensamiento.