Tal vez el mundo de pronto pareciera que se nos cae, que se derrumba la esperanza de una equidad, que se pierde la sensación de justicia, esa en que esperamos que acabe el hambre, que no hayan más niños sin comida, sin el abrazo de una madre. Que ya no haya matanzas indiscriminadas, que los refugiados de la guerra inhumana, vuelva a reír con esperanza, que China siendo un país con tanta experiencia, cese de una vez la matanza y abuso con tanto animal que a la larga, no son menos que nosotros. Se hace pesado, sí, se hace pesado mirar la pobreza que va rompiendo las vidas de tantos jóvenes y no podemos hacer nada o no sabemos qué hacer. Por eso tal vez, sólo si cambiamos un poco nuestra actitud, nuestra actitud individual, si soñamos que somos un poco mejores de lo que realmente somos como seres humano, se produzca un leve cambio, tal vez…

Entonces soñemos que tomamos consciencia, que somos completamente reales, que vivimos en un mundo real y no en espejos rotos que nos devuelven imágenes falsas, soñemos por este día, que no somos felices sólo por tener un gran auto, una hermosa casa, ropas con etiquetas negras. Soñemos que somos felices por lo que hemos creado, pero no se toca, se siente y va viviendo en nuestro interior. Soñemos que plantamos un montón de árboles perennes, que escribimos cartas de amor a todos los que amamos, que la televisión ya no será una amiga intima, que las calles estarán silenciosas, calmas…

Me siento cansado de mirar para el lado y ver la podredumbre del mundo, un mundo que se nos dio lleno de posibilidades, de materias primas con las cuales vivir, vivir dignamente y con respeto. Eso amigos, eso no se esta dando, por el contrario, unos pocos lo tienen todo, y tantos, no tienen nada. Ahora, que hacer?, llenarnos de rabia?, que los pobres sigan creciendo en número y matándose interiormente?, que podemos hacer.

Tomemos consciencia, que mientras comemos un plato de buena comida, hay tantos, pero tantos…, que no tienen ¡NADA!,  tomemos consciencia que en este preciso instante hay un niño siendo abusado o prostituyéndose por ese pan que desechamos, que los pobres tienen derecho a tener salud, que los ricos podrían apadrinar a un montón de niños sin esperanza, que los de clase media podrían en su tiempo libre capacitar a los que no pueden ir a una escuela. Organizar en su barrio actividades que saquen, a los que tienen menos, como la droga y la falta de educación.

Soñemos, que el mundo es un solo país, que no hay fronteras, diferencia de color o clases sociales, que somos uno, con un mismo idioma, el del amor, ese que se escribe con comprensión, hermandad, sensibilidad, HUMANIDAD. Por hoy, hagamos la prueba y demos lo mejor de nosotros, con los ojos vivos de esperanza, con la mano derrochando caricias, con la palabra que sabemos “los pobres”, esos seres humanos que son nuestra exacta copia pero nacieron sin nada (cosas del destino), necesitan escuchar, como por ejemplo, ¡gracias por atenderme, gracias por lavar mi auto, gracias por lustrar mis zapatos, gracias por limpiar mi jardín, gracias, gracias…, ¡¡¡¡GRACIAS!!!!

Recordemos que son pobres de materia, no de espíritu.

Es tan fácil…, solo hay que intentarlo.